La noche festiva del 24 de julio de 1912, víspera de las fiestas populares, el entonces alcalde de sa Pobla, Rafael Torres Cladera, conectó la palanca interruptor del cuadro eléctrico y la plaza Major, engalanada de fiesta y abarrotada por un gentío impactado, se iluminó con la luz blanca que escupían las bombillas de vidrio y filamento de araña sobre la oscuridad de la noche estival. Este año se cumplen cien años de aquel episodio histórico.

El fluido eléctrico llegaba de la central productora y generadora situada en el domicilio conocido como ´Posada de s'Obach´, hoy número 8 de la calle Crestatx, y extendió sus tentáculos por las calles y domicilios de la población, dejando atrás las farolas de gas acetileno que cada atardecer encendía, una a una, el sereno municipal y las apagaba con la llegada de la luz del alba. En los hogares ´poblers´, una bombilla que colgaba de la parte central de la vivienda fue arrinconando los candiles de aceite, las velas, las ´llànties´, quinqués y otros utensilios que con su luz tenue, mortecina, recorrían las diversas estancias de las casas.

La electricidad, energía motora, de la que en Mallorca ya disfrutaban Ciutat y otras poblaciones, empujó a los ´poblers´ hacia la comodidad y el progreso.

Grandes transformaciones

En los talleres, en las industrias locales, la electricidad fue sustituyendo a los motores de combustión que activaban las máquinas. En las tierras de labor acallaron los fuertes latidos de los motores, el chirriar de las bombas extractoras de agua, e inmóviles quedaron las rosas de los molinos, que altivos y elegantes, daban a las ´marjals´ ´pobleres´ un aire lozano y de envidiable fertilidad.

El hilo conductor de la corriente eléctrica ´acalambró´ a generaciones de ´poblers´ al oficio de electricista, destacados profesionales y puntuales conocedores de las nuevas aplicaciones. Un nuevo sector industrial nació, creció y se desarrolló en sa Pobla desde la puesta en marcha de la primera central.

Del nacimiento de la idea, de su proceso burocrático y realización del proyecto de electrificación en sa Pobla, el añorado Alexandre Ballester habla en sus trabajos de investigación realizados a través de distintos archivos y que se pueden encontrar en diversas publicaciones. Igual que se habrá de valorar la gran labor realizada durante más de tres décadas por el entusiasta electricista y profesor de electricidad industrial, Gabriel Capó Caimari ´Botilla´.

Gracias a las labores de investigación llevados a cabo por Alexandre Ballester y Biel Capó, se sabe que "nueve años antes de que se inaugurara la central de "s´Obac, en 1903, los industriales poblers, Joan Grau ´Eixut´ y Antoni Servé ´Mandó´, aplicaron una dinamo a motor para producir electricidad, pero por diferentes motivos la empresa no prosperó". Fue el ingeniero Enric Ordines Cruelles, quien finalmente consiguió la autorización del Ayuntamiento para que en abril de 1912 comenzara la instalación de la primera central.

La central de s´Obac fue vendida por Enric Ordines en 1916 a la compañía Energía Eléctrica de Alcúdia, que en 1917 ya suministraba electricidad a 31 motores de las ´marjals´. Años más tarde, la empresa de Alcúdia pasó a manos de Propagadora Balear de Alumbrado, S.A., de Inca, y hacia 1930, Gesa se hizo cargo del servicio.

Después, el aumento experimentado en el consumo eléctrico y las frecuentes deficiencias en el servicio por parte de Gesa, animaron a ciertas familias pudientes a instalar nuevas centrales de producción eléctrica en sa Pobla como la Fábrica Electolítica, en 1923, o Energía Eléctrica Agrícola de Son Vivot, en 1933.