Pese al trastoque de fechas, centenares fueron los visitantes que no quisieron perderse detalle de la muestra industrial y artesanal de Sant Joan, en lo que era una especie de unión de la tradicional feria de octubre con la anulada del botifarró. Sobre las once de la mañana la comitiva política, encabezada por los xeremiers y seguida del alcalde Joan Magro y varios responsables del Consell como Joan Font o Catalina Sureda, salía del Ayuntamiento para comprobar el buen ambiente de las calles aledañas, que poco a poco se fueron llenando.