En la isla hay puertas que nos pueden llevar a un universo paralelo... al de la milonga. Quizás es algo que muchos desconocen, pero el tango se baila en Mallorca con la misma pasión que en cualquier rincón de Buenos Aires. Los enamorados del dos por cuatro, sin embargo, saben dónde dar rienda suelta a la danza más sensual en pareja. Para quienes quieran animarse, no hay más que recurrir a los expertos.

Club de Tango de Mallorca es uno de esos sitios imprescindibles para seguirle la pista al ritmo del Río de la Plata. En Mallorca, todos los fines de semana hay milongas, y no es cuento. Estos encuentros sociales para bailar el tango se pueden descubrir en la página web y Facebook del club que inició su andadura en el año 2004, cuando varios aficionados se percataron de que en Mallorca hacía falta un lugar para reunir a los tangueros de la isla.

"EN UNA MILONGA NADIE SE QUEDA SIN BAILAR"

Juan Antonio, uno de los precursores de esta organización sin ánimo de lucro, cuenta que cuando empezaron se juntaban unas 14 personas y tres años después eran más de 140 en cada encuentro. "Cada vez son más los mallorquines que se acercan, aunque también hay muchos extranjeros", afirma. Para este vasco residente en Mallorca desde los años 80, el tango comenzó como una afición y terminó siendo un modo de vida: además de dar clases se dedica a musicalizar las famosas milongas donde "nadie se queda sin bailar, porque lo bueno es que se va cambiando de pareja".

El bailarín asegura que aprender a tanguear "no es fácil, sobre todo para el hombre porque tiene que bailar, marcar y escuchar la música. La mujer se deja llevar". No obstante, insiste en que "no hay que tener miedo". Anima a quien le pique la curiosidad a intentarlo porque se convierte en una pasión y no aburre nunca: "Con el tango las figuras son interminables, puedes estar toda la vida aprendiendo", afirma.

"EL TANGO ES UN LENGUAJE UNIVERSAL"

Tolo Matheu y Mary Jordá parecen salidos del barrio más porteño cuando danzan, sin embargo, esta pareja de mallorquines -en la pista y en la vida- que lleva 21 años bailando, se inició en la misma isla. Después de tomar clases en diferentes sitios de España, en Argentina y hasta en Nueva York, el tango se convirtió en su profesión: "Te gusta, te metes y ya no paras, hasta llegar a tener tu propio estilo", explica Tolo que como su mujer también es experto en baile deportivo y ritmos latinos. "Lo que más nos gustó siempre fue el tango", confiesa.

"Cuando empezamos en Mallorca apenas había nada, venían profesores argentinos desde Madrid, pero para poder bailar marchábamos fuera porque aquí no había oferta", recuerda Tolo que señala que mucho ha cambiado el panorama desde entonces.

El tango es "un sentimiento", define Tolo y, además, destaca que se trata de "un lenguaje universal". Para ellos ha sido una puerta a nuevas amistades, a conocer mundo y les ha aportado muchos beneficios como pareja: "Te diviertes, es un buen ejercicio físico y sales de la rutina", asegura.

A la gente que tiene esa espina clavada de bailarlo, recomienda: "Que pruebe, que lo intente, hay que quitarse el miedo". Como Juan Antonio, cree que puedes pasarte horas bailando sin aburrirte, es una danza tan amplia "que no tiene fin".

Con su mujer Mary, además de enseñar a bailar el tango, participan en eventos donde maravillan al público con su arte. Semanas atrás actuaron en una milonga organizada por el Club de Tango de Mallorca en beneficio de ASBAFI. "Estamos encantados de haber podido colaborar, nos gusta ser solidarios", señala la pareja que actuará el próximo sábado 30 de noviembre en el Polideportivo de Santanyí durante el campeonato mundial de Full-Contact.

"A BAILAR O A MIRAR Y ESCUCHAR"

"Que bailen los que vienen pa' bailar, que escuchen los que quieran escuchar", es el el lema de Club de Tango de Mallorca que anuncia la cita más próxima para este sábado 23 de noviembre desde las 22 horas en la sala de baile Milenium de la calle Pons y Gallarza, 22. La siguiente milonga será el 14 de diciembre en Palma Play, en la calle Antonio Marques número 23 a partir de las 21 horas. En ambos sitios se imparten clases durante la semana.

En el hotel Horizonte los tangueros se reúnen todos los miércoles desde las 21:30 horas para sacarle brillo al salón con sus ochos y figuras, siempre en el sentido contrario a las agujas del reloj y siguiendo el ritmo de los pies, que se deslizan sin mover la cadera, mientras la música más arrabalera se mete en el corazón.