La feria de Sineu huele a carne. Entre sobrasadas, lechonas, panadas y guisos, en ningún rincón del centro del pueblo emanaba otro olor. Y todo con un denominador común: el cerdo.

Como es tradición, las matanzas fueron protagonistas en la última gran feria del año. Con los boleros sonando de fondo, los numerosos visitantes recorrieron paradas de embutidos o repostería que despertaban el apetito.

También hubo una demostración de cómo realizar una matanza. Con esa carne, luego se elaboraron diferentes platos típicos de la gastronomía mallorquina.

Los animales también estuvieron muy presentes, ya que, por ejemplo, se pudieron comprar lechonas vivas para la cena de Navidad. Las sobradas y las lechonas fueron lo más demandado.

Los más jóvenes aprovecharon para fotografiarse con los cerdos, que bramaron mientras los aguantaron en brazos.

El evento más esperado de la jornada festiva fue el concurso de cerdos gordos, organizado por el Ayuntamiento de Sineu. Nada de concursos de belleza, lo que importaba era lo que marcara la balanza.

Numeroso público se agolpó frente al consistorio para seguir el desarrollo del concurso, en el que hubo un claro ganador.

Un año más, Nicolau Torres, de So na Marinera, triunfó en la categoría de cerdos cruzados. Presentó los dos ejemplares más cebados: uno de 310 kilos y otro de 299. "No hay truco, solo hay que darles mucha comida. Yo les alimento con cebada y garbanzos", explicó Torres.

En la categoría de cerdo negro autóctono, también repitió victoria Mari Luz Alomar, de So n´Estela, con un porcino de 258 kilos.

Las autoridades presentes en la feria –el presidente del Govern, José Ramón Bauzá; el del Parlament, Joan Rotger; la del Consell, María Salom, y el conseller de Agricultura, Gabriel Company– siguieron atentamente el concurso y fueron los encargados de entregar los trofeos.