Ni su aspecto ni su locuacidad delatan la edad de Fernando Arrabal, (Melilla, 1932). "Encantado de volver a Mallorca. Fue aquí donde perdí mi fe religiosa, cuando estaba a punto de ingresar en la Compañía de Jesús. Vine con mis compañeros ´agapitos´ en lo que era como una despedida de soltero. Visitamos las cuevas del Drach, y en ese lugar tan romántico escuchando Para Elisa imaginé unos roces pecaminosos en la tremenda oscuridad. No ocurrió, pero yo lo percibí con tal claridad que ya no pude volver con los jesuitas", relata con profusión de detalles y gestos.

Esta noche en el Teatre Principal se estrena su L´arquitecte i l´emperador d´Assíria, por primera vez en catalán, dirigida por Jeroni Obrador, un texto que está a punto de cumplir las cinco décadas, pero cuyos temas y humor siguen plenamente vigentes.

"Escribo poco teatro, tengo un centenar de títulos. Estos días he terminado El extravagante triunfo de Shakespeare y Cervantes, por encargo del Teatro Español para representarse el 23 de abril de 2016, cuando se cumplen 400 años de la muerte coincidente de ambos, que es un acontecimiento asombroso", señala.

Sus obras se adaptan continuamente, ("sufro una barbaridad", admite) como la que podrá verse en el Principal de Palma, con los actores Joan Manel Vadell y Guiem Juaneda encarnando a "dos cosmonautas que sufren un accidente que viene a ser el origen del mundo, el Big Bang. A su alrededor todo esta quemado", describe de forma metafórica. Esta crítica feroz al poder y a la ruptura de la persona con la naturaleza es tratada por Obrador dando un énfasis especial al humor que permite al espectador tomar distancia y perspectiva.

"El fallo al poner mis textos sobre el escenario es intentar ser Arrabal como algo grotesco, extraordinario. No es así en absoluto. Debo tener esta imagen porque la patafísica a la que represento hace reír, pero en el fondo no tiene nada de divertido", expone. Alude así al movimiento de mediados del siglo pasado vinculado al surrealismo, explicado como "ciencia de las soluciones imaginarias", y que nombraba "sátrapas" a artistas tan insignes como Joan Miró, Boris Vian, Ionesco, Umberto Eco o Jean Genet.

"Yo soy sátrapa trascendente del colegio, y viajo por el mundo para dar el título de sátrapa a personalidades como el arquitecto Oscar Niemeyer, que lo recibió a los 104 años. Es mucho mejor que el Nobel, que nunca ha dado una recompensa a artistas como Buñuel, Kafka o Proust. Galardonó a Vargas Llosa, y eso está bien porque a él se le nota que lo necesita", ironiza. "Los patafísicos como Houellebecq o Kundera nos reunimos en París para hacer tertulia", cuenta un Arrabal vestido por completo de negro, salvo un corbatín blanco floreado y unos calcetines rosa chicle, y sus reconocibles dos pares de gafas enmarcando su cara, que ha viajado a la isla acompañado por su mujer y su hija.

El escritor y periodista que durante 36 años ha mantenido una columna sobre ajedrez en L´express ("los lectores no me perdonan ni una; enseguida me mandan cartas con mis fallos, tengo incluso una del anterior Papa") se hizo muy conocido por una perorata que lanzó en estado de ebriedad en el programa de Televisión Española de Fernando Sánchez-Dragó hace 25 años. "Mi borrachera es un momento estelar de la televisión, igual que la de Bukovski, aunque su vídeo ha tenido 30.000 visitas en Youtube y el mío un millón, es un récord absoluto", comenta orgulloso antes de puntualizar: "Yo odio la provocación, no la hago. No bebo y me tomé una copa de cava que me sentó mal. Se ha convertido en un programa mítico por la generosidad de quien lo ve una y otra vez, pero no me representa. La provocación es algo un poco estúpido e incontrolable".

Interesado por la actualidad, acaba de entregar un perfil sobre Manuel Valls y se pronuncia sobre las recientes elecciones de Cataluña. "Se les ha preguntado a los catalanes, y la respuesta no está clara, y no digamos ya lo que pueden pensar los ciudadanos de Valencia o de Balears". Sin embargo, asegura que lo que más le motivan son los temas en los que ha "fracasado, como el ajedrez o las matemáticas".

En estos momentos me entusiasma el ´oro del vientre´, las bacterias que tenemos en nuestro interior y que estudia la biología molecular. Siempre se ha dicho que no hay que lavarse tanto, que eso es lo que produce las enfermedades. Esas bacterias nos pueden curar de todos los males. Yo tengo una hija autista, una persona absolutamente maravillosa con un mundo único, y un hijo biólogo molecular, que es lo que yo siempre deseé ser. Una suerte inmensa, pues llega a mí gente que no me merezco, jóvenes con unas capacidades increíbles".

El acto: L´arquitecte i l´emperador d´Assíria

Lugar: Teatre Principal de Palma. Sala Petita.

Días de espectáculo: Jueves 15 de octubre a las 20 h; sáb. 17 a las 21.30 h.; dom. 18 a las 21 h.

Precio: 15 €