Aun teniendo momentos que denotan la talla de su responsable, la cinta no comparte la categoría propia de la obra de una de las cineastas alemanas más destacadas de las última décadas, la Margarethe von Trotta que no ha dado títulos de la entidad de Las hermanas alemanas, El honor perdido de Katharina Blum, Locura de mujer y Amor y deseos, dejando entrever elementos sin la suficiente consistencia para armar la estructura física de la cinta.

Porque a pesar de estar inspirada en una historia de su entorno familiar, el problema es que sus personajes no están lo necesariamente reforzados en el plano dramático como para soportar todo el peso de unas imágenes en ocasiones un tanto huecas. No sorprende, por ello, que fuera recibida con sabor a decepción en el Festival de Berlín y que su acogida generalizada haya sido poco cálida. Es, sin duda, inferior a su último estreno en España, Hannah Arendyt (2012). El relato personal en el que se basa, remotamente, la cinta tiene que ver con el hecho de que siendo ya adulta descubriera que tenía una hermana de cuya existencia jamás había tenido noticia y que se dio a conocer a través de un escrito que le envió a ella misma poco después de fallecida su madre. En dicho texto la desconocida revelaba su parentesco y afirmaba haber sido adoptada por un matrimonio sin hijos que ocultó el tema durante muchos años.

En la película la existencia de esta mujer se hace patente a partir del momento en que la protagonista, Sophie, una cantante de jazz, es requerida su padre tras descubrir éste en un periódico la foto de una mujer que es el vivo retrato de su esposa, recientemente muerta. Tan impresionado ha quedado el padre que pone todo su empeño en que Sophie se desplace a Nueva York para que se entreviste con dicha soprano, Caterina Fabiani. A pesar de los recelos que este asunto provoca en ella, Sophie acaba aceptando y embarcándose en la aventura de una búsqueda de identidad. A partir de estos datos y de semejante planteamiento se asiste a la parte más frágil de la trama, la que extrae del fondo de la memoria unos personajes que demuestran por sus rasgos físicos.