Ha sido una de las revelaciones del cine europeo de las últimas décadas, el joven cineasta ateniense Yorgos Lanthimos, que tras haber sorprendido a propios y extraños en 2009 con 'Canino' y de rodar con la insólita y sorprendente 'Langosta' (2015) su primera película en inglés, hace su presentación en las pantallas españolas en el circuito del cine doblado con esta interesante, singular e inquietante 'El sacrificio de un ciervo sagrado'. Premio al mejor guión en el Festival de Cannes, nos pone al tanto de la singular caligrafía del cineasta y de su concepción absolutamente personal del lenguaje cinematográfico. En ella vuelve a trabajar con el actor irlandés Colin Farrell, que ya estuvo a su lado en Langosta.

Desde las primeras imágenes se hacen ostensibles las cualidades de un director que habla mediante la cámara y expresa con ella las sensaciones necesarias para situar la película en sus verdaderas coordenadas genéricas. Lanthimos, está claro, sigue moviéndose en un thriller peculiar que conlleva un toque de misterio y de intriga, y lo hace con planos largos, variados, incluyendo el picado, y de una estética notoria. Mantiene siempre el secreto del relato, que va abriéndose al espectador de forma paulatina y no renuncia a ingredientes que rozan lo sobrenatural. De esta forma se va componiendo un cine fascinante.

Steven y Anne Murphy, es decir Colin Farrell y Nicole Kidman, forman un matrimonio estable de médicos, él es cardiólogo y ella oftalmóloga, y son padres de dos hijos adolescentes, Kim y Bob, con los problemas lógicos de la edad y de sus circunstancias.

Lo que más llama la atención de la familia es la estrecha amistad entre Steven y un extraño joven de 16 años, Martin, cuyo padre ha muerto en el transcurso de una operación de corazón a la que era sometido. Da la impresión de que se siente culpable, algo que trata de compensar. Se va reforzando así la relación del "intruso" no sólo con Steven sino con el resto del clan, aportando un tono muy distinto a la cinta que se aboca a una dirección tan inusitada como terrible. Un itinerario inesperado y explosivo que deja abierta alguna interrogante pero que provoca un gran impacto.