Nos mete de lleno en el mundo de la poetisa norteamericana Emily Dickinson, que no es otro que los Estados Unidos de mediados del XVIII, y lo hace con una enorme sensibilidad, subrayando todos aquellos aspectos, estéticos, narrativos y dramáticos que ayudan a configurar el entorno de su pequeña ciudad nativa, Amherst, en el estado de Massachussets. Se llega casi a respirar el mismo ambiente y, desde luego, se recoge plenamente el clima de austeridad que rige en el hogar de su familia, en el que vive con sus padres y sus dos hermanos, Vinnie y Austin.

Este es el marco de una película que quiere sembrar la verdad y colocar en el lugar que se merece a una escritora que apenas fue reconocida en vida y que solo con carácter póstumo pudo ser valorada como debía. Ha sido el director británico Terence Davies, uno de los cineastas más creativos y sin gulares del momento, el responsable de títulos como 'Voces distantes', 'El largo día acaba', 'The deep blue sea' y 'Sunset song', esta última estrenada hace solo unas semanas, el que ha reconocido a una mujer que superó, en una sociedad machista y discriminatoria con la mujer, unas terribles cortapisas.

La tarea de Davies, que es autor del guión, ha sido también de investigador, debiendo escarbar a fondo para conocer las pocas cosas que se conocían de la existencia de Emily y entrar así con propiedad en su intimidad. Se ciñe a su época de madurez, aunque hay una brillante y reveladora secuencia inicial de su juventud, abordando su afición por la poesía y las dificultades que encontraba para poder publicarla. Los obstáculos eran, sobre todo, el menosprecio generalizado de la mujer como ser capacitado para escribir, hasta el punto que solo la influencia de su padre, el letrado y político Edward Dickinson, logró vencer algunas de esas reticencias, y la ausencia de libertades, especialmente en el ámbito religioso.

Vinculada desde su nacimientoen 1830 hasta su fallecimiento en 1886 a la vivienda familiar, su vida y su obra se desarrollaron en un lugar en el que encontró todo lo que requería para expresarse con entera libertad. Es más, los temas más influyentes en ella, la vida, el amor, la muerte, la enfermedad y las convicciones fluyen con inevitable insistencia.