No es la parodia divertida y ácida que se pretendía y está lejos, aunque en los minutos finales se acumulen algunos momentos inspirados, de ser el retrato certero y demoledor de un individuo tan avaro y tacaño que ha condenado su vida a la soledad para no tener gastos que considera innecesarios o verse obligado a invitar a alguien.

No ha sido, por tanto, muy inspirado el cambio de rumbo del director francés Fred Cavallé, que había elaborado una estimable y corta filmografía vinculada al thriller sórdido, con tres títulos a tener en cuenta, ‘Cruzando el límite’, ‘Cuenta atrás’ y ‘Mea culpa’, pero que pierde buena parte de sus logros y virtudes al mudarse a la comedia. Aparte de que el protagonista, incorporado por el popular actor belga Dany Boon, no ha captado en su justa medida la esencia del personaje, los defectos de guión acaban por imponerse y perjudicando a la cinta.

Con la imagen en la retina de la obra de Moliere ‘El avaro’ y la figura de un actor entrañable y único en determinados cometidos, como Louis de Funes, de origen espa ñol, el director ha querido lograr la sonrisa exagerando al extremo los excesos de François Gautier, primer violinista de una orquesta, que lleva su obsesión de ahorrar a límites enfermizos.

No solo ahorra la luz conectándose a las farolas de su urbanización, sino que ve la televisión recurriendo al aparato del vecino y a unos prismáticos. Y, por supuesto, burla a todos los que le persiguen en el trabajo para que contribuya con un donativo al regalo de jubilación de un compañero. Nadie de su entorno recuerda, asimismo, cuándo invitó a alguien a comer o cenar.

Un caso, sin duda, de siquiatra. Buena parte de los escasos logros de la cinta hay que buscarlos en el poco juego que dan las dos mujeres que aparecen en la vida de este hombre, una nueva colega que se enamora de él y una desconocida que se presenta en su casa y que dice ser, reclamando sus derechos legales, su hija biológica. Las cosas se fuerzan demasiado para que estas apariciones operen un milagro en el comportamiento de François, víctima de una poco viable reconversión.