Jaime Rosales (Barcelona, 1970) se licenció en empresariales en Esade, estudió cine en Cuba -con profesores como los Coen o Greenaway-, trabajó en la preparación de la primera edición de ´Gran Hermano´ y ha dirigido cuatro películas premiadas en Cannes, San Sebastián y con dos goyas. Está casado con Leonor March, hija de los mallorquines Juan March Delgado y María Antonia Juan.

-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿El cine es una cuestión de IVA?"

-Después del dinero despilfarrado, el error del Gobierno es pensar que el aumento de impuestos conllevará una mayor recaudación. Al subir el IVA, bajarán los ingresos por el impuesto de sociedades. En conclusión, menos espectadores en los cines y más personas a la calle.

-Usted es el antiBardem, reacio a los pronunciamientos políticos de la gente del cine.

-No soy antinadie, pero, en un país polarizado, perdemos espectadores por motivos ideológicos. El rechazo de una parte del público se debe a los pronunciamientos políticos de gente del cine. Es mejor no significarse.

-Gore Vidal dice que el autor de una película es el guionista.

-Tiene razón en el cine clásico hollywoodiense, donde las formas desaparecen para someterse a la historia escrita por el guionista. En el cine moderno, las formas no son tan transparentes, la historia queda más diluida y el director es el autor.

-Un egresado de Esade, como Urdangarin.

-Estudié antes que Urdangarin en Esade, y me decepcionó porque han de buscar un mayor rigor moral.

-Su recién estrenada ´Sueño y silencio´ remite a Kierkegaard. Lo pone difícil.

-Evoco Temor y temblor, con la vista puesta en el sacrificio de Isaac que me ha perturbado desde niño, y que ha convulsionado a todas las personas educadas en las religiones monoteístas de la Biblia.

-Si se ha vuelto religioso, podría decirlo abiertamente.

-He sido educado en la fe cristiana y tengo formación científica. Pienso con Kant que la razón sólo se puede aplicar a la experiencia, y que fracasa en la dimensión trascendente. No sigo la ortodoxia de la fe, pero hay otras.

-Ha contado con Miquel Barceló, el pintor fetiche de los directores españoles.

-Es lógico que nos interesen los artistas más potentes. Barceló es un gran cinéfilo. Ha visto más películas que yo y, junto a Antonio López, son los dos grandes pintores de nuestra época. Le enseñamos un montaje antes de rodar y pintó una pieza específica para la película, que destruye frente a las cámaras.

-Su película sobre ETA se estrena en San Sebastián al día siguiente de un atentado.

-Fue el día más duro de mi carrera. Habría que definir el miedo, pero no quise que mi familia viniera a San Sebastián, y habíamos rodado de incógnito. Quería apoyar ideas conciliadoras, pero se aprovechó el asesinato de un guardia civil para cargar mediáticamente contra mí. Sabía dónde me metía.

-Un joven del Occidente privilegiado decide matar.

-En el sinsentido del atentado de Capbreton, no planificado por ETA, vi una ventana de oportunidad.

-¿La reacción a ´Tiro en la cabeza´ sugiere que España no se curará nunca de ETA?

No es tan difícil curarse, mira a Alemania y Francia. Desde que se rodó la película, se ha avanzado mucho en la solución del terrorismo. Comete una indecencia quien dice que estamos peor que antes. Tenemos una herencia cultural problemática de picaresca y cainismo, con zancadillas continuas. Por eso apoyo en Palma a CineCiutat, una iniciativa de la sociedad civil. Ojalá que no se envenene.

-¿Qué actor no puede pagarse?

-Todo se puede pagar. No soy amigo de las celebrities, y ya no quedan estrellas como el Paul Newman a quien vi el otro día en El buscavidas. Busco actores sin el ego muy levantado, porque me da la sensación de que los consagrados pueden ser caprichosos y aspirar a que todo gire en torno a ellos, cuando están al servicio de la película.

-O le pregunto por los March o reviento.

-No hablo nunca de mi familia, todos ellos tienen sensibilidad artística.

-¿Godard o Haneke?

-Se me asimila a Haneke, pero Godard es más importante en la historia del cine, sin olvidar sus fabulosos escritos. En Cannes me preguntaron, "¿a quién quieres conocer?" Señalé de inmediato a Godard, pero me respondieron que "Godard no se puede".

-Hablemos de Almodóvar.

-No somos conscientes de su importancia, con películas de calidad que superan errores flagrantes de casting, como Miguel Bosé interpretando a un juez en Tacones lejanos. Y Almodóvar ha hecho más que un ministerio entero de Igualdad por la modernización de este país en asuntos como la homosexualidad.

-No logrará convencerme de que no vio ´Torrente´.

-Lo he visto y me he reído mucho. El cine es mejor cuanto más diverso. Lograr que el espectador llore o que ría, como hacen mis admirados Ricky Gervais o Sacha Baron Cohen, es muy difícil. Yo busco lo primero.