El Festival de Venecia que este martes comienza cierra la lista de eventos cinematográficos tras los Óscars, Cannes o la Berlinale, en los que no solo hay un palmarés con las mejores películas, sino competición de alfombras rojas en busca de ese premio paralelo que es el del mejor vestuario fuera de la pantalla.

Sirvan de ejemplo las actrices que más flashes han acaparado esta temporada por su estilo, al que se presta tanta atención como a sus trabajos en la gran pantalla.

Cuando Angelina Jolie llega a un acto es seguro que Versace o Ferragamo, a ser posible de negro, acuden con ella. Este "uniforme", con vestido de la primera firma y zapatos de la segunda, fue el que escogió para los últimos Óscars, aunque solo su pierna fuera "trending topic".

Aunque la inglesa Jenny Packham también se ha hecho un hueco en el armario de la actriz, con el sexy vestido negro metalizado y joyas "vintage" que lució en los premios del Sindicato de Actores.

Por eso llama la atención cuando el color llega a sus estilismos como el "wrap dress" en tonos dorados del estreno en Berlín de "En tierra de sangre y miel" y, sobre todo, en los Globos de Oro donde destacó con su satinado vestido asimétrico en blanco con estratégicos detalles encarnados firmado por Versace.

Al igual que Jolie, Michelle Williams solo aparece cuando hay una película suya en el cartel de la velada. Este año ha sido "Mi semana con Marylin" la que le ha llevado a todas las alfombras rojas esta temporada.

Abanderada del corte de pelo "pixie", Williams completa ese "look" años 60 con vestidos de estética "mod" como el Kenzo que escogió para la Berlinale o el aniñado camisero con estampado de nubes de la segunda línea de Victoria Beckham con el que asistió al almuerzo anterior a la entrega de los Óscar.

Siempre sorprendente, ella fue la primera en llevar la línea más lujosa de la cadena "low-cost" de H&M para la ceremonia de los Bafta y se atrevió con un vestido en azul petróleo, estampado con reminiscencias animales, de Jason Wu, para recoger su Globo de Oro.

El más convencional de todos, no por ello menos acertado, fue el traje naranja quemado, ribeteado y que seguía la tendencia "peplum", confeccionado por Louis Vuitton para su tercera nominación al Óscar.

Pensar en Tilda Swinton es imaginarla vestida por Haider Ackermann. El francés hace muchas temporadas que encontró en el personal estilo de la intérprete a su musa y embajadora.

Suyo es el original traje de chaqueta de contrastadas texturas con el que Swinton acudió a los Globos de Oro y el estructurado vestido cobre con el que estrenó "Moonrise Kingdom".

Aunque de vez en cuando le sea infiel vistiendo de Lanvin o Cèline.

Este año, entre las nuevas estrellas han destacado Bérenice Bejo o Rooney Mara y, en su segunda temporada, Jessica Chastain.

El reconocimiento por "The Artist" le ha permitido a la actriz argentina escoger entre todas las grandes firmas, con predilección por la alta costura.

Bejo ha lucido desde elaborados vestidos, como el Elie Saab de los Óscar o el Louis Vuitton con larguísima cola con el que presentó la gala de apertura del último Cannes; hasta divertidos modelos como un Prada que conjugaba varios estampados de su colección de primavera.

Mientras que Mara ha deslumbrado con la antitética conjugación de estilo dulce y gótico, con pocas concesiones al color y siempre firmado en las grandes ocasiones por Riccardo Tisci para Givenchy.

Con el italiano y de blanco comenzó a promocionar "Los hombres que no amaban a las mujeres" y las mismas pautas siguió la actriz en su punto álgido: los Óscar, donde también se mostró fiel a su tupido flequillo.

Imposible resumir todas las apariciones de Jessica Chastain a lo largo de este año de consagración, tanto por número como porque tampoco parece seguir un estilo o decantarse por un diseñador y solo se mantiene fiel a su inconfundible tono pelirrojo que suele peinar con ondas "retro".

Casi tantos modelos como Chastain tiene en su haber Diane Kruger. La alemana, que este año se ha dejado ver poco por las galas del otro lado del Atlántico, ha arriesgado en el Festival de Berlín y como jurado en Cannes, sin olvidarse del buen gusto de quien encabeza las listas de mejor vestidas.

Entre los diseños elegidos, un Giambatista Valli con topos, lentejuelas y lazada al cuello; siendo la primera en llevar las colecciones Resort de Jason Wu y Chanel o de Christian Dior con miriñaque.

Ahora solo queda saber si los "looks" que se luzcan entre los canales de Venecia habrá alguno que consiga arrebatar el premio al mejor vestuario de cine a estas estilosas nominadas.