Un aura de leyenda aderezada con el salero que le otorgan los ya míticos personajes de ladrón y gamberro, romántico de alto vuelo, arriesgado periodista en ciernes o redomado seductor festero interpretados a lo largo de una carrera que mantiene con todo su vigor a sus recién cumplidos 76 años.

Quizá fue la nutrición que le dieron un padre lechero y una madre ama de casa de religión católica y origen irlandés (el punto pelirrojo) que a Redford siempre le gustó contar historias y dibujar. Y perderse en el parque de Yosemite, y en sus bosques de secuoyas gigantes. Y montar a caballo.

Un pelirrojo guapo nacido bajo la luna de agosto de 1936 en Los Ángeles, que no ha dejado de seguir sus instintos de Leo para llevar las riendas de su vida. Guapo, y listo, porque transitó de la interpretación a la dirección y a la producción (más de 30 títulos), y la riqueza obtenida con su éxito la destinó a hacer realidad su compromiso con el cine independiente, su proyecto más arriesgado, el Festival de Sundance, que ya ha cumplido tres décadas desde que lo creó en su rancho de Utah, y al que le siguieron un instituto de cinematografía, un canal de tv y una cadena de salas dedicadas a la distribución de films y documentales independientes.

«Siempre me ha motivado dar una oportunidad a nuevas voces. Nunca se es demasiado viejo ni se tiene demasiado éxito para aprender», ha afirmado reconociendo que, aunque no deja de ser un punto de vista egoísta, «te mantiene vivo, cuestionándote a ti mismo». «Un artista siempre está repleto de dudas, es algo con lo que debes vivir», asegura el eterno guapo de Hollywood. El actor que no quería ser galán ha acabado siéndolo, pero no solo.

Quizá fuera su etapa de veinteañero la que le hizo como es, porque el que era una reconocida estrella del béisbol universitario truncó sus estudios tras la muerte de su madre en 1955 y con el dinero ahorrado de trabajar en los campos petrolíferos se marchó a Italia y Francia para probar la vida bohemia.

Regresó desilusionado y la bebida le acompañó. Fue Lola van Wagenen, su primera mujer, con la que tuvo un hijo que moriría a los pocos meses de nacer, la que le encauzó hacia el Prat Institut de NY. Estudió interpretación y aprendió más sobre teatro. Y de allá a aquí. 'Descalzos por el parque' le abrió la puerta al estrellato desde Broadway. Y parece que no estaba en sus planes ya que, tras el éxito, en 1966 se vino a España para retomar la bohemia. Descalzos por el parque le volvió a reclamar, esta vez para el cine. Un éxito rotundo. No habría vuelta atrás.

Su reconocimiento le llegó con Dos hombres y un destino (1969), premio Bafta al mejor actor por su interpretación junto a Paul Newman, con quien volvió a coincidir en El golpe (1973. Actor incombustible (ha participado en 66 títulos), de forajido a hombre inventado a sí mismo en El gran Gatsby. De avezado periodista en Todos los hombres del presidentea aventurero y romántico en Memorias de África. Gente corriente (1980) fue su primer ilm como director. Y su primer Oscar y su primer Globo de oro como tal (en 2011le dieron otro Oscar por su trayectoria). Un lugar llamado milagro, El río de la vida, Quiz Show, El hombre que susurraba a los caballos, La leyenda de Bagger Vance, Leones por corderos y La conspiración han sido sus películas. Ahora, a sus 76 años, ejerce de director y protagonista en The Company You Keep, su próxima entrega que se presenta estos días en Venecia

Un nuevo film sobre las causas justas

Redford siempre ha reconocido que cuando empezó a dirigir sus propios filmes buscaba aportar un punto de vista crítico en política y otros asuntos. 'The Company You Keep', que se estrenará el año próximo, es un thriller en el que interpreta a un ex militante de una organización de la izquierda radical de EE UU, Weather Underground, perseguido por el FBI desde hace treinta años; el mismo tiempo que ha vivido con una identidad falsa que amenaza ahora con descubrir un ambicioso periodista. En su persecución, además, tendrá que salvar el futuro de su hijo y hacer las paces con su turbulento pasado.

«El film trata de un grupo de personas pertenecientes a una organización clandestina, muy unidos e involucrados con el estilo y las pasiones de su época», ha afirmado el cineasta. «Ahora se han hecho mayores y han tomado diferentes caminos. Algunos tienen remordimientos, otros creen que pasarán el resto desus vidas pagando por ello, y otros, piensan que la suya era y es una causa justa. Fueron esos múltiples sentimientos y cómo interactúan lo que me interesó de este proyecto», que está basado en la novela de Neil Gordon. A nadie se le escapa que la narración guarda semejanza con la situación actual, «en la que los jóvenes se rebelan contra lo que consideran una injusticia y el gobierno no losreconoce y toma decisiones que no comparten». Para Redford, la motivación de este film no es política, más bien casi casi histórica», en la línea deLos Miserables.