Shirley Temple murió en su casa, anciana y rodeada de los suyos. Una excepción entre los niños prodigio de Hollywood, biografías marcadas por éxitos fulgurantes y caídas desde muy alto. Bruscas y rápidas. De Shirley se dijo estos días que murió octogenaria pero sin perder esa categoría de niña prodigio, la "hija de América" de la misma forma que Mary Pickford fue "la novia de América", términos acuñados por una nación, exportados a todo el mundo de la mágica mano del cine y del marketing.

Hollywood está lleno, sin embargo, de juguetes rotos. Shirley Temple no lo fue aunque probablemente no haya protagonizado una buena película en su vida. La mayoría de los niños decayó con la edad adulta, cuando los bucles ya no servían para mantenerse en cartelera. Otros no sólo decayeron sino que se consumieron, víctimas de su propia imagen, catapultados a una jungla de intereses.

Judy Garland y el mundo de fantasía:

Judy Garland protagonizó "El mago de Oz" con 16 años, más crecidita de lo que aconsejaba el guión. La productora le puso un corsé faja para disimular sus incipientes pechos y acertó de lleno. Era el año 1939 y aquella película la llevó directamente al estrellato; pero Judy nunca se liberó de Dorothy, la niña protagonista de "El mago de Oz". Judy Garland vivió intensamente. Demasiado. Se casó con uno de los grandes directores de Hollywood, Vincent Minnelli y de ese matrimonio nació otra grande de la escena y la música, Liza Minnelli (¿quién no la recuerda en "Cabaret"?). Judy Garland nunca cayó en el olvido, pero entró en una dinámica de drogas y alcohol que acabaron con ella a los 47 años.

Natalie Wood, historia de un naufragio:

Pequeñita, 1,52 de estatura, y guapísima. Natalie Wood fue la novia de James Dean en "Rebelde sin causa", pero además tiene en su carrera títulos como "Esplendor en la hierba", "Centauros del desierto", "West side story" y "La rebelde". Lo tenía todo, pero murió en 1981, a los 43 años, ahogada y en circunstancias que aún hoy son un misterio. Se cayó o la tiraron de su yate "Splendor", fondeado en la bahía de Los Ángeles. Se especuló con un suicidio o quizá su muerte fuera una consecuencia de un cóctel de drogas y alcohol. Natalie había debutado en la gran pantalla con 5 años en la película "Happy Land", y todo Estados Unidos la conoció cuatro años más tarde con su papel en "Milagro en la calle 34".

River Phoenix, la galaxia de las drogas:

El papel que reportó fama mundial a River Phoenix (1970-1993) fue el del joven Indi en la película "Indiana Jones y la última cruzada", de 1989. River tenía entonces 19 años, pero llevaba una década de actividad artística. Era guapo, apuesto, llevaba una carrera más que aceptable, era un gran guitarrista y músico de éxito y se había labrado un nombre como defensor de los derechos de los animales. Todo ello se truncó un 31 de octubre de 1993 a las puertas del pub The Viper Room, propiedad del también actor Johnny Deep, donde tenía programada una actuación. Una mezcla letal de drogas, consumidas entre canción y canción, lo llevó a la muerte en plena calle de Hollywood. Se truncaba una de las carreras más prometedoras.

Macaulay Culkin, la soledad del travieso.

La película "Solo en casa" catapultó a Macaulay Culkin (1980) a la gloria del cine con apenas 10 años. Se dijo entonces que aquel niño travieso capaz de poner en jaque él solito a dos matones de pacotilla, se había convertido en el producto infantil más rentable de Hollywood desde Shirley Temple. La fama le ofreció la oportunidad de seguir en primera línea unos años, pero tras la secuela de "Solo en casa" su biografía se tiñó de negro. Su gran momento duró desde 1990 a 1995. Se casó con 17 años, se divorció en seguida, fue íntimo amigo de Michael Jackson y uno de los habituales del rancho del cantante, Neverland. Ahora, lejos de las páginas de sucesos, intenta relanzar su carrera de actor. Sus padres, ávidos de riqueza, no le hicieron ningún favor. Las drogas, tampoco.

Tatum O'Neal, un "Oscar" hecho añicos:

Los coleccionistas de grandes momentos tendrán en su "memoriteca" la escena de una jovencísima Tatum O'Neal (1963) recibiendo el premio Oscar con 10 años de edad por su papel en "Luna de papel". Fue en 1974. Era su primer papel en el cine, demasiado alto el listón como para poder mantenerlo. Muchos años después su autobiografía ("A paper life") sirvió para comprender muchas de sus tribulaciones. Objeto de abusos sexuales por un amigo de la familia y de maltrato psicológico por parte de su padre, Tatum no supo digerir el éxito. Fue novia adolescente de Michael Jackson y en los años ochenta comenzó a flirtear con las drogas. Su adicción la llevó a perder la custodia de los tres hijos que tuvo con el tenista John McEnroe, con quien se había casado en 1986. Su último episodio, la detención, en 2008, cuando intentaba en plena calle de Nueva York comprar cocaína.

Drew Barrymore, una segunda oportunidad:

La actriz Drew Barrymore (1975) se hizo mundialmente famosa por su papel en "E.T.: el extraterrestre". Tenía 7 años. Y lo digirió muy mal. Tan mal que a los 13 años era una drogadicta incontrolable y una alcohólica nada anónima. La nieta del gran John Barrymore vivió varios años en el filo de la navaja, pero tuvo la suerte de tener un entorno que la protegió. Intentó suicidarse, fue ingresada en una clínica de desintoxicación y consiguió salir a flote. A partir de los años noventa su filmografía comenzó a enriquecerse y ella a crecer. Activista solidaria, se recuerda su paso por el programa televisivo de Oprah Winfrey poniendo sobre la mesa un millón de dólares para el Programa de Alimentos de la ONU. Embajadora contra el Hambre de las Naciones Unidas, Barrymore aprovechó su segunda oportunidad. Hoy toca muchos palos, es fotógrafa y modelo, íntima amiga de Cameron Diaz, y no pierde ocasión para hacer campaña de vida sana.

Los prodigios españoles: Las biografías (más o menos) tranquilas de Joselito, Pablito Calvo y Marisol.

En España, el caso más significativo de ascenso a los cielos y caída a los infiernos es el de Joselito. Cuando el programa de televisión "Supervivientes" lo presentó en 2008 como uno de sus concursantes, hubo que explicar a las tres cuartas partes de la audiencia quién era aquel hombre menudo de 65 años. Para los espectadores más veteranos no había duda alguna. Joselito nació en 1943, tenía una voz de restallo y se le utilizó durante una década a partir de un éxito impensado en la película "El pequeño ruiseñor" (1956).

Joselito es hijo de la posguerra en un país necesitado de ídolos infantiles. Compartió fama con Pablito Calvo, muerto prematuramente en el año 2000 a los 52 años, aunque la biografía de éste último fue mucho más tranquila. Pablito Calvo, el héroe de "Marcelino, pan y vino" (1954), tuvo una carrera cinematográfica muy restringida porque las pantallas aceptaban al niño, pero no al adolescente. Algo así le ocurrió a Joselito, que además fue víctima del lógico cambio de voz. Un drama, para él y para los productores. Había recorrido América, pero fue una figura de corto recorrido que acabó encarcelado por problemas de drogadicción. Su regreso a los escenarios como cantante se quedó en casi nada. Había cambiado él y sobre todo había cambiado el país.

La fama de Pablito Calvo y Joselito sólo tuvo parangón con la de Marisol (1948). A los 12 años protagonizó "Un rayo de sol" y se convirtió en símbolo de la España del desarrollismo, de una nueva generación que la adoró. Desde 1960 a 1969 Marisol protagonizó una película al año, a cada cual más exitosa. La exprimieron, la casaron con quien no debía, se separó a los pocos años y supo retirarse a tiempo. Marisol se convirtió en Pepa Flores, vive alejada de los focos y tiene tres hijas; una de ellas, la actriz María Esteve. Heredó sus ojos.