Nacido en Boston, en 1981, descubrió su vocación cuando era ayudante en una agencia de casting. Tras alguna serie televisiva y films para adolescentes, salvó a Kim Basinger en Celular y trabajó con nombres de prestigio como Danny Boyle. Pero el éxito le llegó como superhéroe. Ahora encarna al Capitán América por tercera vez

Qué difícil es que duren los amores y las amistades en estas películas.

Cierto, porque el que es aliado en una aventura es enemigo en la siguiente. Está en el ADN de los cómics. La vida real es otra cosa.

Tiene fama de ser cordial y cercano. Su personaje, en cambio, se siente solo; sus principios y su longevidad le han situado fuera del tiempo. ¿Ha sido un reto para usted?

Un reto que ningún actor dejaría pasar. Hasta en una película como esta se puede hablar de la soledad. El personaje piensa que la gente se acerca a él por ser quien es. No hay mayor soledad que esa.

Y se mete en intrigas políticas, tal y como está el patio?

En estos días ya nada es blanco o negro, cuesta distinguir al bueno del malo y se pierden libertades civiles con el pretexto de la seguridad. Vi dos clásicos para inspirarme: 'French Connection y Los tres días del cóndor'. Las dos de los setenta. Por algo será.

Sus películas favoritas...

Me encantan '¡Olvídate de mí!', 'Memento' o 'Braveheart'.

¿Cómo ve al Capitán América?

Es un icono y tiene un componente documental que le hace intemporal. Y sus seguidores son legión.

¿El mundo necesita héroes?

Sin duda. Reales y de ficción. Comienzo a entender su influencia en la gente y cómo permiten escapar del día a día y pasar un buen rato.

¿Hay peligro de que se le suba el personaje a la cabeza?

Mis amigos no lo consentirían. Ya se pitorrean bastante a mi costa.

¿Lector de cómics de superhéroes?

No lo era hasta que acepté ser la Antorcha Humana de 'Los Cuatro Fantásticos'. Desde entonces he leído cientos. Adoro ese universo, aunque hay quien lo considera friqui. Lo alucinante es el engranaje que encaja ese mundo imaginario en la realidad. Si la credibilidad siempre es importante, en estos filmes aún más.

En esta coincide con Redford...

Fue una sorpresa maravillosa. Le respeto muchísimo e intento aprender de él. Siempre intimida conocer a una leyenda como él. Pero es encantador; un tipo fantástico, muy profesional, no se equivocaba nunca. En mi primera escena con él estuvimos ensayando hasta medianoche. Se comportó como si fuera su primer filme; es un modelo.

¿Admira a alguien más?

A Al Pacino y a Gene Hackman.

¿Con qué llena el tiempo libre en un rodaje tan técnicamente laborioso?

Observando. Aprendiendo de las repeticiones. Viendo qué lentes se usan. Siempre he sido muy curioso.

¿Y cuando no trabaja?

Dibujo, salgo con amigos, juego al baloncesto, paseo con mi perro...

Un deseo para el futuro.

Ser un buen cineasta. Acabo de terminar mi primer largo, '1:30 Train'. Estoy contento. Pero nunca se sabe...

¿Qué cine prefiere como director?

El drama, los films de sentimientos, que te hacen pensar y pueden cambiar tu visión sobre ciertas cosas.