David Mataró vuelve a estar de estreno. Después del sabor agridulce que le dejó la versión española de Cheers, de la que solo se emitieron 7 de sus 26 episodios contratados, y del "éxito de audiencia" que logró con el programa de IB3 Televisió Top 10, el director proyecta hoy su último trabajo, Del silenci, paraules, un documental que podrá verse a las 20,30 horas en la sala Augusta y a las 23,20 en IB3 Televisió.

Coproducido por el Centre d´Estudis Fotogràfics, el canal autonómico y la Obra Cultural Balear, la cinta narra la historia de los últimos presos políticos de Balears, encarcelados por sus ideales, un año después de la muerte de Franco.

A partir del testimonio de tres los once últimos presos políticos, Miquel López Crespí, Ramon Molina e Isidre Forteza, el documental reconstruye los últimos capítulos de la lucha antifranquista, un momento marcado por las tensiones sociales y los pactos políticos que darían paso a la democracia. Y lo hace a modo "de recordatorio, porque es una historia que no se ha contado", apunta Mataró.

La cinta arranca explicando qué significaba vivir en la dictadura, en la clandestinidad; se detiene en las repercusiones de los Sucesos de Vitoria –jornada de huelga que se saldó con más de 150 heridos de bala–, y rememora el histórico concierto de Lluís Llach en el Auditòrium de Palma, en el que el cantautor pidió dinero "para que se pudieran pagar las fianzas de los presos políticos", precisa el director.

Quienes fueron encarcelados por sus ideas reviven aquellos días "desde la experiencia, no desde el rencor". En el audiovisual, por ejemplo, Ramon Molina cuenta cómo el cura de la prisión censuraba la entrada de prensa y libros, "según qué libros, porque así como tildaba de pornográfico el Ulises de Joyce, nada decía de las obras de Trotsky".

Rodada en la antigua prisión de Palma y en diversos puntos de Ciutat que fueron escenario de la actividad antifranquista, Del silenci, paraules también cuenta con el testimonio de Antoni Tarabini, Mateu Morro, Jaume Mateu, Manuel Cámara, Sebastià Serra, Joan Martorell y Emilio Alonso. "Todos estuvieron en la manifestación de Palma de noviembre de 1976, una protesta que acabó a porrazos y con detenciones y que sirvió para que el pueblo se dijera a sí mismo, un año después de la muerte de Franco: no estamos tan bien como pensábamos", señala Mataró.