Mucho se sabe sobre la teoría y postulados del naturalista Charles Darwin (12 de febrero de 1809 - 19 de abril de 1882). Sin embargo, casi nada se conoce sobre sus gustos excéntricos. Su debilidad por las carnes exóticas es una de las curiosidades del padre de la teoría evolutiva, que probaba toda especie rara que se cruzara por su camino.
En su paso por la Universidad de Cambridge se unió al club del Gourmet que una vez a la semana se reunía a preparar platos exóticos, como carne de halcón y búho. En su famoso viaje en el barco Beagle descubrió su delicatessen favorita: las tortugas gigantes de Galápagos. Tanto le gustaron que en su regreso, cargó el barco con 48 ejemplares para consumirlas durante el trayecto.
El asado con cuero que probó en las Islas Malvinas era otro de sus favoritos. "...tuvimos por cena carne con cuero, o sea carne asada con la piel. Es tan superior esta carne a la vaca ordinaria, como el corzo respecto del carnero", relató en su diario el inglés.
Otros de los animales que no se resistió a probar fueron el autillo, que lo calificó de "indescriptible, el avetoro, el ñandú o el puma, idéntico a la ternera según sus palabras.
