La llegada de fechas señaladas como Pascua o Navidad representan a menudo un ´calvario´ para las personas que padecen diabetes, enfermedades cardiovasculares, o simplemente porque ya son muy mayores y les está vedado comer aquello que, precisamente en esa época del año se elabora tradicionalmente en sus hogares. Marga Beltrán es una enfermera, diabética, que hace ya años se propuso investigar la forma de que esas personas pudieran disfrutar de esos manjares igual que el resto de sus familiares.

Acompañada por Catalina Ballester, especialista en robots de cocina, se dedican a adaptar recetas tradicionales para "que aquellos que no pueden comerlas puedan hacerlo, aunque siempre con mucha moderación", se apresta a precisar Marga.

Demostración

Las dos preocupadas cocineras ofrecieron ayer una demostración en vivo de como elaborar los tradicionalísimos robiols. Llevaron a cabo un taller en las instalaciones del nuevo mercado de abastos de la ciudad. Ambas quedaron impresionadas por la gran respuesta de público que tuvieron.

Marga explica por qué determinados enfermos o gente mayor no puede consumir los robiols normales. "Hay dos ingredientes prohibidos para diabéticos en la receta tradicional: la manteca y el azúcar", explica. La enferma agrega que "la manteca de por sí es colesterol puro; pero peor son las mantecas industriales que encima llevan aditivos. Hay que eliminarla de la receta por muy tradicional que sea". Catalina explica que "después de muchas pruebas hemos llegado a la conclusión que el sucedáneo más sano y que no difiere el resultado es la margarina vegetal".

El azúcar se debe sustituir por edulcorante artificial. Marga es tajante al respecto: "Se puede usar el que guste más. Yo recomiendo las marcas blancas porque son tan buenas como las otras y cuestan mucho menos". Otro de los tabúes que desmiente es que "la sacarina sea cancerígena. Seguramente eso lo hizo correr algún vendedor de azúcar", bromea.

Las dos investigadoras explican que "se puede usar el edulcorante en cualquiera de sus formatos y según las preferencias del usuario. Sólo debe saber que en pildoritas únicamente se disuelve en caliente; que en polvo quizá es mejor para medir las cantidades y que líquido se disuelve mejor".

Sorpresa

Los asistentes al taller de ayer quedaron sorprendidos del resultado. "No he notado la diferencia entre estos robiols y los de toda la vida", aseguraba Josefa Sintes. Teresa Oses fue otra de las participantes, diabética, que acudió a la charla "para conocer exactamente las cantidades ya que me habían hablado de que era posible hacerlos y quiero probar", dijo. Incluso alguna señora se atrevió a meter las manos en la masa como Pola Rubert que, después de ayudar a elaborar varios dulces, también alabó el resultado.

Lo que sorprendió a todos fue la elección del requesón como relleno ya que la impresión general es que se trataba de una materia grasa y por tanto peligrosa. Marga se encargó de desmitificarlo. "Es el queso menos calórico de todos", aseguró.

Las dos avezadas cocineras han adaptado otras recetas como el turrón e incluso la popular crema de cacao para niños.

LA RECETA

Para elaborar robiols dietéticos se deben observar los siguientes ingredientes y cantidades.

Para la masa: 250 gramos de margarina vegetal; una yema de huevo; una tacita de leche desnatada; una tacita de aceite de oliva de sabor suave; 550 gramos de harina de trigo y dos cucharadas soperas de edulcorante.

Los ingredientes se deben verter en un recipiente, en el orden descrito, e ir batiendo y amasando hasta obtener una masa suave y homogénea.

Los rellenos tradicionales son el requesón o la confitura. De requesón se deben adquirir o elaborar 500 gramos sin azúcar. Se aderezarán con ralladura de limón y canela al gusto. Finalmente se le deben agregar también dos cucharadas soperas de edulcorante.

El paso final es tomar una bola de masa, aplanarla con el rodillo formando un círculo y rellenarlo con el requesón como si fuera una empanadilla. Después se hornea entre 15 y 20 minutos hasta que los robiols estén dorados.