Instagram, para algunos, no se ha convertido en una red social más sino casi ya en una forma de vida. Muchos son los que son unos adictos a la red social de instantáneas y quieren que cada fotografía que cuelgan tiene que estar perfectamente detallada al milímetro.

Hay fotos de gatos, atardeceres y los populares selfies disfrutando del verano, de todo esto nos lo podemos encontrar en Instagram, pero no pueden hacer frente al verdadero fenómeno que caracteriza Instagram, el ya denominado como el fenómeno #instafood.

¿Qué es el instafood? Pues simple y llanamente que fotografíar todo lo que comemos o bebemos. No hay otra instantánea del mismo tipo que consiga los ansiados y amados likes. Existe una altísima probabilidad de que, al iniciar sesión en Instagram y explorar las primeras diez fotos de nuestros contactos, al menos una de ellas esté centrada en la comida: el café mañanero, una comida gourmet, un helado gigante...

Estas escenas se han convertido en parte del día a día social y en una pieza central de las cuentas que aspiran a triunfar en la red social. Pero, el ser un profesional de estas fotos requiere práctica. Por eso Kaiku Sin Lactosa nos propone 10 tips para que nuestras fotos de comida se conviertan en auténticas estrellas del universo insta-eating.

1. Usa ingredientes al ser posible frescos. No es lo mismo compartir un simple zumo, por ejemplo de naranja, que resaltar el hecho de que sea un zumo de frutas natural. El truco es tan simple como colocar una rodaja de fruta fresca junto al vaso.

2. Favorece los contrastes. El mundo de la alimentación regala tonalidades con mucho juego para las redes sociales, y lo mejor será favorecer el color puro de los productos contrastándolos con otros, y con el resto de elementos que aparezcan en la composición. El color block funciona bien en el universo #instafood.

3. Utilizar un fondo, ¿o no? El fondo puede servir para jugar con el contraste, pero fondos demasiado abigarrados pueden desviar la atención del foco principal de la composición. Utilizar fondos simples y lisos es la clave para destacar nuestra receta. Por ejemplo, las mesas de madera clara para bodegones en ángulo cenital.

4. Jugar con la iluminación y el zoom. ¿Y si el fondo no merece la pena? Incluso las recetas que no son gran cosa pueden transformarse con un adecuado uso de la iluminación y del zoom. Nos permitirá transmitir detalles del plato, hacer que las raciones parezcan más grandes, y enfocar la fotografía en el sabor: puesto que los instagramers que sean testigos de nuestra fotografía no la probarán, tenemos que conseguir que el plato sea capaz de entrar por los ojos.

5. Nunca subestimar la interacción con el producto. Las recetas se preparan para ser degustadas. Subrayar el lado humano del #instafood a través de la interacción con la receta sirve para transmitir que el plato está listo para comer - y que está rico: manos y bocas pueden compartir protagonismo con los ingredientes y darles un toque especial.

6. Identificar el mejor instante para fotografiar y para compartir. El mejor ejemplo para este punto esencial es el desayuno: compartir una foto de cereales con leche a las 9 de la mañana augura mejores resultados que hacer lo mismo a las 3 de la tarde. A cada comida corresponde una hora, pero también un "momento" fotográfico: por ejemplo, mostrar unos cereales remojados puede no resultar apetitoso, pero sí si mostramos la leche cayendo sobre ellos. Un plato recién preparado, y a la hora que le corresponde.

7. Utilizar ingredientes fotogénicos y de tendencia. Unas uvas tienen pocas garantías de atraer likes como imanes, salvo que sea 31 de diciembre. En cambio, sí que existen alimentos que están triunfando, y no sólo en redes sociales: las piñas son las protagonistas absolutas de esta temporada en Internet, en prints de moda, y en portadas de revista.

8. Practicar el healthy eating. Una corriente que denuncia el hecho de que las recetas que se publican en Instagram están hechas única y exclusivamente por la foto y sin tener en cuenta el aspecto saludable de las mismas. Demostrar que estamos practicando el healthy eating a través de enseñar explícitamente los ingredientes saludables que componen nuestras recetas es una corriente en alza: alimentos sin lactosa, sin gluten, vegetales, fruta y nuevas incorporaciones a la dieta trendy como la quinoa, el açai o las semillas de chía son fieles espejos de una dieta saludable.

9. Elaborar. No todo vale en el universo #instafood. Si bien sí podemos captar un estupendo "shot" de nuestro café mañanero, los seguidores de las cuentas de #instafood son exigentes y reclaman una mayor elaboración y variedad en las publicaciones. Es tan sencillo como mostrar el uso de distintos ingredientes cada día, o demostrar a través de pequeños detalles el aspecto más gourmet incluido incluso en las recetas más simples: ¿llama más la atención un café de cápsula o un café con nata montada, leche con calcio, y detalles con cacao en polvo?

10. Encontrar un ángulo diferente que distinga nuestras recetas. O lo que es lo mismo, lograr que nuestras recetas se identifiquen como nuestras sin necesidad de consultar quién es el autor. La cuenta de Instagram Wrightkitchen ha enamorado al mundo con sus alimentos exquisitamente ordenados, pero existen millones de maneras de hacernos un hueco en el universo #instafood aportando un granito de arena con un toque único e irrenunciable.