Es el plato más típico de la cocina japonesa y el que goza de más seguidores en Occidente. Estos pequeños y deliciosos bocados han acabado por fascinar a millones de personas lejanas a la cultura oriental. Su fórmula es francamente sencilla: arroz cocido con presentaciones peculiares acompañado de diversos ingredientes, frecuentemente pescados –también puede llevar verduras o huevo– que se preparan crudos, cocidos o macerados.

Los hay de diversos tipos y tamaños. Uno de los más habituales es el makisushi, en el que una lámina de alga nori envuelve el arroz que, a su vez, rodea una porción de pescado o marisco. Según su forma y tipo se denominan nigirisushi, uromakisushi, futomakisushi, entre otros. En cualquier caso, se trata de un plato saludable, en el que el arroz es el elemento principal, y si contiene pescado aporta una interesante dosis de ácidos grasos omega 3.

Incluso la salsa de soja, la que se utiliza normalmente, resulta sumamente ligera. En definitiva, una delicia que procede originariamente de la cocina china y actualmente ha sido exportada con éxito e integrada en la gastronomía occidental.

- El arroz es el alimento básico del sushi. Debe elegirse de grano corto, previamente lavado y cocido y aliñado con sal, azúcar y vinagre de arroz, y presentarse con una consistencia y un punto de cocción precisos.

- Es un plato perfecto para personas con problemas de celiaquía o intolerancia al gluten.

- El alga nori, la que más se utiliza en la elaboración del sushi, es rica en proteínas, vitaminas y minerales. De hecho, las algas son un excelente alimento, aunque aún poco utilizado en las cocinas occidentales.

- El pescado crudo tiene un valor nutritivo menor al cocido. Ocurre lo mismo con el huevo o la carne. Entre otras razones, porque en crudo poseen unas sustancias llamadas antinutrientes que impiden la absorción de algunas vitaminas.