Con pocos medios y un gran corazón pueden hacerse cosas muy grandes. Un ejemplo claro de ello está en el Port d´Alcúdia, en un pequeño bar llamado ´El Cordobés´ situado en la segunda línea del núcleo turístico. Un modesto negocio que ahora ejerce de comedor social por voluntad propia. Desde el pasado lunes, su propietario, Emilio José Aguilar, de 34 años, invita a comer un plato caliente a todas las personas necesitadas que puedan acreditar que se encuentran en situación de desempleo.

La iniciativa surgió de forma espontánea. "Normalmente, para comer cocinamos tres tipos de tapas diferentes, pero en invierno solemos hacer una olla de potaje o lentejas; la última vez la hicimos un poco más grande y pensamos que podíamos invitar a la gente necesitada", explica Emilio. Dicho y hecho. Publicó la idea en su perfil de ´facebook´ y a los pocos minutos ya le llovían los comentarios de felicitación.

El máximo de personas a las que puede invitar Emilio son cincuenta, una cifra que no está nada mal teniendo en cuenta las pequeñas dimensiones del bar y de la cocina. "Evidentemente no cabe toda esta gente al mismo tiempo en el bar, por lo que los interesados pueden llevarse la comida a su casa en una fiambrera", explica. El coste no le preocupa. "La verdad es que con 25 o 30 euros se puede cocinar una buena olla de sopa, potaje o lentejas de la que salgan unos cincuenta platos". No espera nada a cambio. "Lo bien que me siento al hacer esto justifica todos los gastos", apunta.

En la terraza de su local, Emilio ha escrito un mensaje en el que informa de que invita a un plato caliente a las familias con hijos que estén en paro y sin ingresos. En principio, la gente que vaya a buscar un plato de comida para llevarse a la boca deberá demostrar que está en situación de desempleo mostrando la cartilla del paro, aunque este requisito tampoco será determinante. "Tendré que confiar en la buena fe de la gente, ya que siempre se pueden colar abusones; posiblemente me la cuelen alguna vez, pero tampoco nos vamos a pelear por un plato de comida". Una cosa está clara: "si alguien lo necesita de verdad puede venir cada día, sin ninguna vergüenza".

Emilio Aguilar se ha entrevistado con la alcaldesa de Alcúdia, Coloma Terrasa, pera pedir algún tipo de colaboración económica para llevar a cabo esta labor altruista con más garantías. Sin embargo, desde el Consistorio no pueden concederle ninguna ayuda porque el bar es una empresa privada y no una ONG. "La alcaldesa me dijo que vaya con cuidado para que la cosa no se me vaya de las manos, porque hay mucha necesidad y porque los servicios sociales del propio Ayuntamiento están desbordados", recuerda.

En cualquier caso, no descarta que en las próximas semanas el Consistorio preste algún tipo de colaboración. Le bastaría un poco de ayuda logística ("una furgoneta") para recorrer los restaurantes y los hoteles con buffet y convencerles de que no tiren la comida que les sobra al final del día. También tiene previsto facilitar un número de teléfono para que la gente interesada en prestar una mano, ya sea mediante la donación de dinero o comida, lo tenga fácil.

La iniciativa de Emilio se entiende más si uno escucha su historia personal. "Yo sé lo que es abrir la nevera y encontrarla vacía", asegura. En su Córdoba natal, estuvo dos años en el paro sin ninguna esperanza, con depresión. "Es muy duro". Para salir de aquella desesperante situación, pidió 300 euros a su madre y se desplazó a Mallorca, donde encontró trabajo en un bar del puerto ´alcudienc´ hasta que pudo montar su pequeño negocio.

Hace casi un año que abrió las puertas y, de momento, "da para vivir". Podría añadirse que el bar da para vivir y para aliviar el hambre a los más desesperados.