El vermú se impone en Palma. La tendencia que arrasa en Madrid o Barcelona va cobrando fuerza también en Ciutat, sobre todo en los mercados de abastos de Santa Catalina, el Olivar o Pere Garau y aledaños, que reviven el rito de disfrutar al mediodía de un vino macerado con hierbas y un bocado salado.

En el Hostal Cuba se sirve el vino especiado catalán de Casa Mariol, al que le añaden el disparo de frescor de un sifón de Llucmajor. La chef María Salinas ha confeccionado una carta de tapas para tomar el aperitivo que triunfa los sábados y domingos.

En la Sifonería de la calle Santa Clara también se puede seguir el rito del vermú que se disfruta de pie o sentado y sin gastar mucho dinero. En este bar de Palma de ambiente muy agradable, se vende vino y cava producido en Mallorca. Es una de las paradas obligadas en la hoja de ruta del vermuteo palmesano.

El Flexas es otro de los sitios recomendados para saborear un buen vermú. En este bar que pertenece a la Terremoto de Alcorcón triunfa el aperitivo tanto como sus famosas raciones modernas y mediterráneas, entre las que destacan su cuscús, la tortilla de camarones o las croquetas de espinaca.

El bar Bosch también se apunta al momento mágico antes de comer. El aperitivo es uno de los placeres que se pueden degustar en este establecimiento que abrió en 1936 y desde entonces ha sido uno de los míticos de Ciutat, por el que han pasado artistas de la talla de Xesc Forteza, Joaquín Sabina o Joan Miró. Situado en la céntrica plaza Joan Carles I cuenta con un pequeño local que contrasta con la amplia terraza y abre a diario.

La Mirona de la calle Sant Jaume es otro bar que hay que anotar para saborear el vermú. En "este espacio gastronómico" con decoración de colmado 'chic' es conveniente detenerse sin prisas y disfrutar de su excelente comida y buenos vinos a precios muy razonables.