Hay lugares que tienen un color especial, sobre todo cuando cae el sol y lo llena todo de ese brillo inconfundible. Porque el atardecer es bonito ya de por sí, pero son muchos los rincones que guardan una especial conexión con este momento del día. Si lo que necesitas es un momento de tranquilidad y paz, si lo que quieres es grabar en tu retina para siempre una imagen inolvidable o hacer unas buenas fotos de un bello paisaje es tu pasión, estos diez sitios son algunos de los tantos lugares perfectos que tiene España para decir adiós al sol hasta el día siguiente.

La Alhambra desde el mirador de San Nicolás (Granada)

Dicen que uno no puede dejar este mundo sin antes no haber vivido un atardecer en el mirador de San Nicolás con vistas a La Alhambra, una placita abalconada en la parte alta del Albaycín. El espectáculo de tonos rojizos que se presencia en cada ocaso granadino es suficiente motivo para que sean muchos los que suben hasta el lugar al caer la noche. Según cuentan, a Bill Clinton lo llevaron allí en su primera visita a España y exclamó extasiado: "Es la puesta de sol más bonita que he visto en mi vida".

Las médulas (León)

Este lugar además de belleza esconde historia. Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997, fue la mayor explotación de oro que hubo en el Imperio Romano en una provincia que, con el paso de los años y de los siglos, supo que la minería iba a ser una de sus fuentes de riqueza. Así, la acción combinada del hombre y de la naturaleza han dado como fruto un paisaje sin igual que intensifica su belleza natural en cada atardecer. Convertido en una visita obligada del Bierzo, sus ocasos tiñen todo de un tono anaranjado inconfundible.

Laguna de Gallocanta (Zaragoza / Teruel)

La reserva natural de la Laguna de Gallocanta es uno de los humedales más grandes de España y el más importante de Aragón. A ella, cada otoño, acuden mas de 40.000 grullas para la invernada en busca de un lugar más cálido. Es el enclave más importante de aves acuáticas de Aragón, y el segundo de España tras Doñana. Y es allí donde se puede encontrar uno de los mejores atardeceres, sobre todo en la época que las grullas campan a sus anchas. La silueta de esa nube de pájaros recortada sobre el lienzo tornasolado que las últimas luces del día provoca en la superficie de la laguna es un espectáculo de la naturaleza.

El Mar Menor (Murcia)

Puede que sea uno de los lugares más especiales a la hora de decir adiós al día. Y es que, esta es la única zona del Mediterráneo donde el sol aparece y se va exactamente por el mar. Todo un espectáculo que muchos no se han querido perder y que miles han plasmado en fotografías. Sus atardeceres son sublimes, una orgia de colores magnificada por la placidez de las aguas calmas de la laguna. Además, el mejor punto para disfrutar de sus atardeceres es el final de La Manga, junto al humedal de las Encañizadas.

Caños de Meca y el faro de Trafalgar (Cádiz)

Puede que sea uno de ls más famosos de nuestras costas a la hora de buscar unos minutos de paz viendo desapareer el sol. Caños de Meca, en la costa gaditana, ya se ha convertido, sobre todo en verano, en punto de encuentro de los amantes del ocaso. Con el famoso faro de Trafalgar al fondo, símbolo de épicas e históricas batallas, un sol rojizo e incandescente apaga sus ardores tras su silueta.

Ronda (Málaga)

Ronda tiene su encanto y se nota. Sus imresionante casco viejo con sus puentes y su arquitectura que parece sacada de cuento hacen que este municipio de Málaga sea perfecto para dar la bienvenida a la noche. Todo se tiñe de un intenso amarillo anaranjado que pone de manifiesto la majestuosidad del lugar. La ciudad se asienta sobre una meseta cortada por un profundo tajo excavado por el río Guadalevín, al que asoman los edificios de su centro histórico, lo que le confiere una panorámica pintoresca.

Finisterra (A Coruña)

Dicen que Finisterre es el fin del continente europeo. Aunque su nombre, que proviene del latín 'finis terrae', es algo más ambicioso, ya que hace alusión al fin del mundo. Fueron los romanos, precisamente, los que pusieron su vista en este special lugar y también en sus atardeceres. Décimo Junio Bruto no regresó a su casa hasta contemplar como el sol se precipitaba en el mar y una llamarada salía de las aguas. Y esto mismo es lo que hoy en dia muchos camineros deciden ver después de una larga trayectoria a pie hasta Santiago y tras quemar sus ropas en señal de renovación.

Es Vedrá (Ibiza)

Este islote ibicenco también se ha convertido en un punto idóneo donde ver los atardeceres en las Islas Baleares, aunque su acceso es algo más complicado que con los anteriores, ya que hace falta un barco privado y permiso para acudir allí. Aun así, sus atardeceres ya son toda una institución en la zona, que en otros tiempos fue lugar de culto y adoración para los primeros pobladores.

Faro de Orchilla (El Hierro)

En una de las esquinas de la isla canaria de El Hierro, en el barrio del Pinar, el faro de Punta Orchilla también se ha convertido en lugar ideal donde observar un buen ocaso. Se encuentra enclavado en un punto histórico referenciado por la cartografía de la antigüedad, ya desde la época de Claudio Ptolomeo. También los franceses establecieron el meridiano cero en dicha punta en 1634.

El templo de Debod (Madrid)

No hace falta salir de a ciudad a increíbles enclaves naturales para poder ver un gran atardecer. Para todos aquellos que aun tengan que esperar a las vacaciones, la capital de Epaña ofrece uno de los ocasos más impresionantes. Desde el Templo de Debod, con unas vistas perfectas del 'skyline' y del Palacio Real con sus jardines, el atardecer se convierte en magia para alumbrar esta obra de arte que Egipto otrogó a España en 1968 como regalo.