Nos estamos buscando la ruina. Y con razón. Ya hay voces que dicen que hay que adelantar la hora de emisión de los programas de máxima audiencia, que eso de ver la dura pechuga de Álex González o los ojazos de Rubén Cortada en ‘El Príncipe’ rondando la medianoche puede estimular el deseo y tirarnos a la primera carne que tengamos a mano como pecadores de la pradera, aunque como venimos de unos días de cilicio y mortificación (hay que ver lo mal que se pasa en las playas, el esfuerzo que se hace en la terraza de los chiringuitos, la renuncia que supone un buen arroz repantingada en la arena) lo mismo no es ni pecado desear a esos primores.

No es broma lo que digo. Verán. La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, así, con las palabras clave en mayúsculas, para darle el énfasis que merece, ha pedido a las cadenas de televisión que adelanten la hora estrella de emisión un poquito, de forma que ese tiempo estelar acabe sobre las once de la noche. Dice el presidente de esta comisión, Ignacio Buqueras, que el 90% de programas de máxima audiencia termina más tarde de las 23:30 h, y el 55%, después de la medianoche. Hasta Ana Mato, la ministra de Sanidad que vela por nuestra salud, salió con lo mismo.

Lógico, es una medida que le sale gratis, puede ponerse a la cabeza de las peticiones, y así parece que, además de segarnos la vida con recortes en Sanidad, hace algo. ¿Qué hace la mayoría de cadenas al respecto? Pues carcajearse. TVE salió al trapo diciendo que la mayoría de sus programas de máxima audiencia acaban antes de la medianoche, y es verdad, es la que más se atiene a esa racionalización de horarios, pero a veces sale humillo más allá de las doce de los fogones de ‘MasterChef’, e incluso algunos lunes vemos a María Pujalte resolviendo ‘Los misterios de Laura’ a horas en las que salen las brujas de sus casas. Antena 3 estira su hora de máxima audiencia lo que puede, y por eso después del capítulo de ‘Velvet’, por ejemplo, vuelve a sacar al toro Miguel Ángel Silvestre, a la lacia Paula Echevarría y a todo el equipo para que nos cuenten cómo se hizo, la última moda en las series españolas que tan buenos resultados le dio a ‘El tiempo entre costuras’. Y llegamos, para ir terminando, al último y descarado corte de mangas a eso de ir acabando los programas de tirón cuanto antes.

Telecinco va y estrena ‘Hable con ellas’ después de ‘El Príncipe’, es decir, bien pasada la medianoche. Ellas son Sandra Barneda, Natalia Millán, Beatriz Montáñez, Yolanda Ramos y Alison Rae Eckmann. El programa, aunque sólo sea por estar en la cadena que tiene más programas infumables y ser él algo distinto, se puede ver. El programa, por estar hecho por La fábrica de la tele, sinónimo de televisión basura (La noria, Hormigas blancas, Sálvame), se puede ver. El programa, que podía ser un truño, no es un referente de la calidad y la vanguardia, pero se puede ver, incluso puede llegar a ser divertido. El programa, al que le falta un hervor para que las chicas no se atropellen o se callen todas a la vez, y cada una sepa dónde está, es decir, que Beatriz Montáñez fue monísima en ‘El Intermedio’ (te has puesto taruga y fea, chica, lo siento, es así) riéndole las gracias a Wyoming y aquí, querida, has de saber que Sandra Barneda lleva la batuta, bien, pues el programa, cuando se asiente y no pierda el rumbo llamando a invitados de quinta B, se puede ver. ¡Pero no hasta las 2:30 de la madrugada, cáspita!