Hace días nos enterábamos de que Pepa Bueno salió por la puerta de atrás, después de 19 años, de TVE. Sin decir ahí os pudráis. Sin que TVE le dijera que te vaya bonito, o que te den. Nada. Nos enteramos, como se enteran los políticos de lo que no les guste que nos enteremos, por la prensa.

De hecho, Mariano Rajoy, que no lee prensa, aun no sabe nada del rescate a España.

La otra mañana, Cristóbal Ricardo, se levanto de su asiento en el Congreso como si acabara de tomarse un tonificador cerebral y fabrico uno de sus chistes diciéndole a un diputado de la oposición que se dejara de liarla porque la culpa de que sigamos así la tiene quien habla de rescate en vez de bajarse el pantalón y ofrecerse entero al servicio de la patria. Esta misma semana Julia Otero, en un alarde de imaginación sin precedentes, invita a una mujer diez, escritora, bióloga, productora, guionista, actriz, a Entrevista a la carta. Eso es eclecticismo. Aun no se había enfriado el asiento que ocupo el Nobel Mario Vargas Llosa, que acudió a la cita con la tarea de arremeter contra La civilización del espectáculo, cuando el culo de Ana Obregón ocupaba su puesto.

Lo de Vargas Llosa, delirante. Que un señor escriba contra la culturilla de modelos, cocineros, vedetes, y productos fabricados a la medida de la tele, y que acuda a un programa de tele para que, girando la ruleta, le pueda preguntar un humorista en horas bajas como Josema Yuste, o la cantante Rosarillo Flores, que hace flamenquito y tiene enormes dificultades para enhebrar la cuestión que al final logra hacerle llegar al escritor, la muestra de que ni un Nobel escapa a la civilización del espectáculo cuya sociedad tan bien retrato en 1967 Guy Debord. Lo de Ana Obregón, lamentable. La audiencia de la pública no merece que alguien así ocupe una tribuna tan importante fuera de su hábitat, o sea, lo de Ana Rosa, o la farfolla de Corazón contada por el personaje creado por Anne Igartiburu para que semejante estulticia duela un poco más. Podemos preguntarnos ya hacia dónde va la televisión pública?

Rajoy, director de TVE

Como agoreros, si. Con los valores del nuevo patriota, no. Pero un no gritado. Se acabo el tiempo de que veamos en la pública una tele al servicio de Rubalcaba. y sus chiquilicuatres, por más que aun siga, aunque con el reló hacia atrás, Fran Llorente dirigiendo los informativos. Ahora corre el nuevo aire en TVE, el ansiado, por el que ha peleado a muerte, con peineta y sin ella, María Dolores de Properar –siempre que prosperen ella y los suyos-. Hace tiempo que esta dama, que ve encaminado su esfuerzo, calla porque sabe que el amanecer esta próximo. Seamos claros. Si la secretaria general del PP dirige la tele manchega, y Esperanza Aguirre dirige Telemadrid, que razón hay para que desde su guarida en Moncloa Mariano Rajoy no dirija el sindiós informativo de TVE? Dependen de cómo te cuenten las cosas, sacaras esta u otra conclusión. Si te cuentan las cosas como dios manda, otro rescate nos cantaría. En Telemadrid, la palabra rescate está prohibida. O sea, no hay rescate. Y quien lo mencione es que es un mal patriota .porque las palabras también dan o quitan confianza. –Cito de nuevo casi literal al ministro Cristóbal Ricardo-. No hay huelga, y si me obligan a que digan que la hay, la ha organizado una cosa llamada ce ce o o .Recuerdan?

El verano como tregua se vivirá en los despachos como una batalla de la que veremos el resultado a partir de setiembre. En esa nueva televisión publica será imposible que alguien cuestione al Gran Líder por mas borrego, Pinocho, o inepto que sea –tres descalificativos, al tuntún, que acumulo esta semana el presidente de Gobierno-, o que sus fanfarronadas infantiloides se las tiren a la cara echando mano de algo tan simple como la videoteca. Insisto, esto es cuestión de mala comunicación. Para remediar los males de España es urgente que Rajoy sea nombrado ya jefe del Telediario.

Otra de jefes

Los de El intermedio tratan al jefe de otra manera. Con mucha risa, con mucha ironía, pero lo machacan. El jefe de La Sexta es Antonio García Ferreras, que ha puesto en órbita Al rojo vivo. Pero unas fotos han circulado estos días. En ellas se ve al periodista con un aspecto que, como poco, es ridículo. Aprovechando las imágenes hay quien se ha tirado al pescuezo de Ferreras, entre ellos Hermann Tertsch, un mamporrero al servicio del periodismo de opereta de TeleEspe.

En esas fotos se ve al director de La Sexta preparándose para entrar a la tertulia. Son terribles.

De cintura para arriba, con chaqueta y camisa. De cintura para abajo, en bermudas y chancletas con los pinreles al aire. Wyoming lo explico así. Antonio Garcia Ferreras, vestido de cintura para arriba, es todo un respetable moderador de tertulias. De cintura para abajo, dirige La Sexta. Toma. Luego explicaron que se debió a que la tertulia, al hilo de la intervención inesperada de Rajoy el sábado pasado, se preparo en media hora, y para que Tertsch no se fuera de rositas recordaron que no tiene credibilidad al reírse de nadie por sus pintas ya que el mismo hizo un dia su informativo en pijama desde la cama de un hospital. Risas. En Interlobotomia, cuando el jefe se enfada, se enfada. Y parece ser que Julio Ariza, el empresario de la extrema derecha mediática y ultra católica, se cabreo como un mandril con Carlos Dávila por llevar a la portada del panfleto en papel que dirigía un articulo cuestionando a sociedades secretas de la iglesia como El Yunque, una secta tan oscura como peligrosa. Lo bueno de esa expulsión es que Carlos Dávila ya está libre para volver a ocupar el puesto en TVE del que jamás debió irse.

Por España. El nuevo jefe de la radio y televisión públicas, Leopoldo González, recién impuesto por el PP, tiene la ocasión de hacer que muchos nos traguemos estos vaticinios de aprendiz de Rappel. Ojala. Hasta entonces, pensare que una forma de hacer en RTVE se despide y cierra hasta que las sentencias condenen a los Urdacis que ya se frotan las manos.