La nube, zona del ciberespacio que está por ahí pero nadie puede ver ni señalar, es una especie de trastero en el que terminan fotos, vídeos, esquemas, trabajos de arquitectura, y desde que La 1 estrenó 'El acabose' de José Mota, los miércoles, también sabemos que la nube tiene un límite, que somos muy de mandarlo todo a la covacha de arriba. Y entonces pasa lo que pasa, que se puede colapsar de tal manera que nos caiga todo encima. Literal. Es el planteamiento del programa. Y con la lluvia de secretos, el caos. Todos peleados con todos.

El plató como de apocalipsis, con chatarras y sobras tecnológicas, sirve para los monólogos del humorista, para recibir a los invitados y para dar paso a los gags de los vídeos en un ambiente a lo Mad Max. Puro José Mota, que siendo el de siempre se ha vuelto a renovar.

En el primer programa el invitado fue David Bustamante, que se entregó. Lo destaco porque en el esquema del espacio, que basa parte de sus contenidos en ese invitado, es muy importante su implicación. Y justo ese aspecto es el que va a determinar que guste a unos espectadores y a otra parte de la audiencia la ahuyente porque no se sienta en el ajo.

El ritmo es frenético, casi excesivo. Pero 'El acabose', que tiene una duración que apenas supera los 45 minutos, es un programa que encaja a la perfección en el concepto que uno tiene de televisión pública, esa que te considera alguien con criterio y al que se le da calidad y talento. José Mota vuelve a demostrar que es un gran humorista, un tipo que se ha rodeado de un equipo que funciona como un engranaje y donde todo parece fluir hasta que llega a tu pantalla. La 1 a veces está en las nubes, pero esta nube mola.