A Daniel Gonzálvez Pelegrín le ha tocado la lotería. Sin necesidad de comprar boleto. Hace lo que le gusta. Se dedica al periodismo de proximidad, que puede llegar a ser muy ingrato por el alto nivel de exposición al que el informador se ve sometido, pero que también puede convertirse en fuente de realización personal cuando el profesional logra ser profeta en su tierra. Algo tan complicado. Pese a su juventud, Daniel lo ha conseguido.

Su programa 'El análisis' en TeleElx es un referente. Que genera opinión en los medios. Todo lo que se dice en el plató durante sesenta minutos es objeto de discusión posterior en los cenáculos de la ciudad, y se traduce en titulares.

Que el debate genere debate es la demostración de que cumple uno de sus objetivos fundacionales. Para ello es imprescindible que el moderador domine la situación a tratar, sea ecuánime, dote de ritmo a la conversación, apunte a las cuestiones que realmente interesan al ciudadano, y tenga capacidad de convocatoria.

Los cuatro invitados a casa sesión son realmente representativos del tema a tratar. Pobreza social, educación y bilingüismo, bomberos, infraestructuras, el cierre de la Corredera al tráfico, las terrazas, la Semana Santa, los cambios en el callejero, la jornada escolar, el Aniversario del Misteri, han sido temas de gran calado entre la audiencia.

Precisamente Daniel Gonzálvez Pelegrín está a punto de defender su tesis doctoral sobre la influencia de la prensa local en la celebración de la Festa (también es miembro de la Cátedra Pedro Ibarra de la UMH). Puede que ahí radique la razón de su éxito.

Es ilicitano de nacimiento y de devoción. Le importa y le duele su ciudad. Y ese es un traje que no se quita a la hora de ejercer su profesión. Como les ocurre a Salvador Campello y Adrián Egea. Esa autenticidad se agradece. Y de verdad que no tiene precio.