He visto y revisto el vídeo, ya viral, es decir, ese tipo de vídeos que saltan hasta hacerse un hueco en las redes sociales por su potencia visual o sonora. O las dos cosas a la vez. Lo he visto una y otra vez y no me canso, pero me indigna tanto como me desconcierta. Quiero demasiado a la región de Murcia como para ser testigo, otra vez, del negativo protagonismo de esa tierra gracias a uno de sus integrantes, éste con cargo oficial, o como huevos haya que llamar a un asesor político de Pedro Antonio Sánchez, sí, el presidente panocho, al que, como los perros del refrán, a perro flaco, todo son pulgas. Hasta cuando sus asesores lo defienden acaban tirándolo por el barro. Y de qué manera.

La cosa sucede en una tertulia de la televisión autonómica, con lengua de seda para mejor limpiar el culito presidencial y el partido que lo sujeta. El tal asesor es José Antonio Martínez Abarca. Cuando David Castillo, socialista, habla de lo inapropiado de que el juez que lleva el caso Auditorio, que implica al presidente, se siente en una terraza con un dirigente popular, el asesor áulico entra en combustión.

A partir de ahí señala con el dedo, golpea la mesa, enciende las venas del cuello, hace amago de levantarse mirando al otro, levanta la voz, agarra una taza y dice que se la va a lanzar, y termina cada frase, que sube con vehemencia cada segundo que pasa, apelando a sus huevos, convirtiendo la tertulia de 7RM en una puticlub de mal gusto.

Por cierto, ¿asesor? De qué. Qué asesora, y cuánto. ¿Cuánto les cuesta a los murcianos la asesoría? Por mis güevos que tendría que explicarse esta patulea. Y por respeto a los murcianos, aunque media Murcia, como dice el pimpollo, sea del PP.