En la televisión también se manifiesta el ruido. Las tertulias televisivas son sólo aptas para tenores y vicetiples. Si tienes poca voz, los directores de programa no te contratan. Ahí tenemos a la Patiño tirando de vena. España tiene el dudoso título de ser el segundo país más ruidoso del mundo después de Japón.

En términos de papeleo y burocracia es mucho más fácil traer a un futbolista extranjero a un equipo de Segunda B que a un investigador a nuestro sistema de I+D. Y esto dice bastante de cuáles son las prioridades de nuestro país. De hecho el diario más leído es el Marca. Las corridas de toros son en España como el hilo del tanga. Su principal función es separar dos universos. Hablar hoy de toros es abrir un abismo donde brotan trincheras. Ortega y Gasset se separaron por eso. Ortega era aficionado, y Gasset terminó como crítico de cine de TVE.

A estas alturas se preguntará de qué va la columna de hoy. De la marca España, como se lee en el titular. En este caso no es la ufana y huera palabrería con la que Rajoy y los suyos hablan un día del vertiginoso ascenso de la marca patria por los logros desde que llegaron al poder y de la vergüenza al día siguiente por un nuevo caso de corrupción o un nuevo dato de pobreza infantil sino de un libro, Marca España.

Lo ha escrito Jordi Moltó y Juan Herrera. Forman parte del equipo de guionistas de El Hormiguero. Así que podría ser de otra manera, que ambos se descolgaran con un texto sobre los graves problemas existenciales que se derivan del uso insensato de las flores silvestres en los platos de la cocina creativa, pero no, han ido picoteando en las estadísticas y han hecho de ellas un texto liviano, divertido y ocurrente. Esta marca España es más real que otras.