Vaya, empieza con uno de sus sermoncillos con aspiraciones poéticas, las de un hombre que urde sus párrafos con ideas contrapuestas del tipo "quién soy para hablar de amor si la última vez que hice algo por alguien fue dejarlo, si siempre he acumulado más fracasos que éxitos, igual no debería hacerlo, y menos a unos meses escasos de decirle al mundo que por fin la encontré, no, yo no soy nadie para hablar de amor, pero todos somos alguien para intentarlo... o no".

Ohhhh. Quien habla, con sus gafas de taparse puestas, es Risto Mejide, como las grandes folclóricas que se tapaban la papada, las arrugas y el cuello amojamado con grandes, enormes pañuelos, o poniendo la mano cerrada debajo de la barbilla, un recurso el de las gafas que va resultando ridículo y tontín.

Don Risto, o sea, Ricardo Mejide, estrenó anoche programa. Que no idea nueva. Es más, por mucho que 'All you need is love... o no', se envuelva en palabrería inglesa es el 'Lo que necesitas es amor' de toda la vida. Era la época dorada de la gran Isabel Gemio, ay, que se desmaya, ay, que le da, que la divina, ELLA, hacía audiencias para parar los planetas, y el público del plató acudía a los directos para poder tocarla, y ELLA, medio turulata por la emoción de conocerse, se dejaba rozar mientras ponía unas caras del copón.

Era 1993. Luego la sustituyó Jesús Puente, y así hasta 1999, cuando Antena 3 encerró la carreta del amor. Y hasta hoy, que la desempolva Telecinco para seguir arreglando parejas. O no, como ahora recalca el señor Mejide, la nueva alcahueta. ¿Qué puedo decir? Que me interesa lo mínimo. Y que tanto Risto, es demasiado. Y que el amor es otra cosa. Eso lo tengo claro. O no. ¿O no?