­El aventurero Jesús Calleja ha sido testigo de un nuevo hallazgo arqueológico, el de un barco romano hundido hace 2.000 años, después de que hace más de una década, concretamente en 2001, descubrieran el último pecio en aguas de Mallorca, un barco griego del siglo VI a.C.

Cuatro emite hoy en prime time Mallorca, en busca del tesoro, título de la nueva entrega de su programa Desafío extremo en la que el leonés, acompañado por los buzos Óscar Espinasa y María March, bisnieta del financiero que fundó la Banca March, que ya participaron en otras inmersiones, buscarán estos restos del naufragio en una zona a 60 metros de profundidad.

En Balears se calcula que puede haber 2.000 pecios de todas las épocas ya que las islas estaban en el centro de la ruta de la Península Ibérica. Pero la mayoría de estos pecios ya han sido expoliados, por lo que cuando los arqueólogos quieren hacer su investigación, se encuentran que han desaparecido las ánforas y los objetos que no están enterrados en la arena.

"Hasta los 45 metros de profundidad el buceo se considera recreativo, pero a partir de ahí cada metro aumenta el riesgo de sufrir narcosis y síndrome de descompresión, que pueden resultar fatales", ha explicado Calleja, para el que este nuevo reto supone batir su récord personal de inmersión.

Para ello, el aventurero se ha preparado buceando cerca de otros pecios romanos, napoleónicos e incluso en un submarino español construido en los años 20, mostrando además la historia de los actuales piratas del Mediterráneo y de los tesoros que saquean del fondo del mar.

Precisamente en una entrega de Desafío extremo, Calleja ya estuvo a punto de morir ahogado tras precipitarse su globo en el río Amazonas al quedarse sin gas cuando pretendía lograr un récord Guinness de distancia en vuelo.

"Nos sujetamos fuerte y llega el trompazo, pedazo de choque contra el agua. En cinco segundos la cesta está llena de agua", relató el leonés, que también contó en su blog que tenía "una cuerda al cuello y otra enredada en el pie".