Las aguas bajan revueltas en la Casa Blanca. Las últimas derrotas ligueras y la mala imagen que ha dado el Real Madrid han puesto a la afición merengue en pie de guerra, y la derrota de este domingo contra el Barça no ha hecho más que calentar el ambiente.

A pesar de que el Madrid dio una buena imagen en el Nou Camp, donde a punto estuvo de ganar al Barça, algunos aficionados siguen muy molestos con la actitud de los jugadores. Ayer domingo después del Clásico, los jugadores acudieron a Valdebebas para recoger sus coches particulares, cuando fueron sorprendidos por dos "agresivos aficionados".

Las cámaras de Cuatro captaron como varios fanáticos increpaban a Gareth Bale y a Jessé cuando salían de la ciudad deportiva, llegando incluso, a insultarles y a golpear sus coches.

Sergio Ramos fue el único que se atrevió a parar para conversar con los aficionados. El andaluz trató de calmar los ánimos y les dijo que esas no eran formar de expresar su enfado. Finalmente, el jugador se marchó sin mayores problemas.