Segoviana del 72, filóloga de carrera, pero actriz vocacional, la cómica, presentadora y monologuista Eva Hache ha protagonizado su primera serie televisiva de ficción, 'Web Therapy', en la que encarna a una psicóloga que atiende a sus pacientes por internet.

¿Sabe quién era Elena Francis?

Una señora que daba consejos por la radio de cosas amorosas hace un porrón de años. ¡Qué barbaridad! Nunca se me habría ocurrido. ¡Menudo precedente!

¿Aquí somos poco de psicólogo?

Cada vez más, pero claro, nosotros hacemos mucha vida social, mucha calle, y nos arreglamos unos a otros, hablando, tomando unas cañas. Pero hay países donde la soledad es el día a día.

¿Es de atender a los amigos en apuros?

Soy muy escuchona, y se aprovechan. Creo que doy buenos consejos porque soy muy práctica y no le doy vueltas a las cosas, como muchas mujeres. Complicaciones, cero.

¿Alguna cosa más que no comparta con las de su sexo?

Detesto ir de compras y soy poco coqueta. Es una cosa castellana que tengo; soy de poco adorno.

¿Cómo vive su primera experiencia como actriz?

Estoy feliz. Hace mucho que deseaba hacer ficción. Y como la mayoría de los diálogos son fruto de improvisaciones y además no debo moverme por el plató, porque estoy en plano fijo, es como entrar suavemente en un lugar donde querías estar.

O sea, que Eva Hache no es, en sí mismo, un personaje de ficción?

A ver, yo para el banco no soy Eva Hache. He estado haciendo de mí misma tuneada durante años. No soy igual haciendo un monólogo que preparando pan en casa. Pero convivo muy bien con ella.

¿En qué se diferencian?

No soy tan graciosa.

¿Qué cualidades valora más?

El ingenio, la ironía, la facilidad para expresarse. Y no me gusta la gente rancia y la que hace aspavientos.

¿Con qué disfruta?

Disfruto de los amigos, de ser madre, y de las redes sociales, que me han cambiado la vida, porque ya casi sólo me informo a través de ellas. Lo que pasa, contado en 140 caracteres y con humor, no es lo mismo que visto en televisión. Eso me da muy mal rollo.

¿Le perturba la política?

Si la información me la administro yo, no. Y si me la cuentan mis amigos en Twitter, sin pelos en la lengua y con humor de mi cuerda, tampoco.

Algo habrá que no le convenza de las redes sociales.

No. Hay que saber las reglas del juego. Si no te gusta, no lo leas, y si te picas, pierdes. No hay que tomarse nada como algo personal.

¿Cómo vivió la última polémica de los Goya en la red?

Con prudencia. Es imposible hacer un show televisivo de una entrega de 30 premios, aunque se empeñen.

¿Repetiría?

Dentro de unos años.

Ahora es juez en un programa de talentos. ¿Le va el pluriempleo?

No es tanto como parece. Apilo el trabajo, lo apiño, me pego un palizón y luego descanso una temporada. Me gusta una playa...