Todavía no hay una fecha concreta para que comience la quinta temporada de ‘Masterchef’ pero sí ya habido presentación en la que la presentadora, Eva González y el jurado (Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo) estuvieron acompañados por concursantes de otras ediciones. Además, en el caso de Jordi Cruz, tuvo la compañía de su actual pareja, Cristina Jiménez.

Jordi, ¿cómo te ha cambiado la vida Masterchef?

Para mí es una revolución. Solo era un cocinerito muy aficionado a su oficio, que me considero siempre una persona muy chiquitita, que lo ha dado todo. De repente aparece 'Masterchef', te da la posibilidad de llegar a mucha más gente y divulgar cocina; pero es una revolución. Incluso te hacen creer que eres guapo, que eso a mí nunca me lo habían dicho, es una locura. Pero recibir tanto cariño de tanta gente, te la cambia de una forma enorme. Y el mérito creo que está en no perder el norte.

¿Te ha cambiado la fama?

No, no, hay que tener los pies en el suelo. Ser realista y saber que le puedes sacar partido, pero no creer que eres mejor que antes de hacer televisión. Eres el mismo, que tiene la suerte de llegar a mucha gente, y la responsabilidad de saber que lo que hacemos tiene una finalidad.

¿Qué y quiénes te hacen mantener los pies en el suelo?

Creo que es una cuestión de cada uno. Mi familia son los primeros, mi madre cada vez que me ve lo que hace es darme una colleja. Es importante no perder ese norte. Es un orgullo y un honor hacer lo que hago, pero no me tengo que considerar ni mejor ni peor.

Pero, al final, la tele no te ha quemado, te sigue gustando, ¿no?

Te repito, es cosa de cada uno saber dar la dimensión justa a las cosas. Al final tienes que ser consciente de lo que estás viviendo; en mi caso ha sido algo fortuito. Yo a la que termine vuelvo a mi cocina, a mi oficio, a mi vocación, a mi restaurante... que es para mí lo más importante y lo que no quiero perder.

Lo de ser el guapo, ¿te va bien?

Pero yo no soy el guapo, es una cuestión de contraste... Entiéndeme, soy más joven que Pepe, más joven que Samantha, y se me verá resultón. Es cierto que tengo una voz que tal y que creo que a mucha gente le gusta el rollo este de ser malote, que no soy malote: soy tiquismiquis. Pero guapo, nunca lo he sido.

¿Y tímido?

Increíblemente tímido.

¿Cómo se supera?

Si tengo una virtud es que me encanta superar retos. Hay limitaciones que nos autoimponemos, que siempre lo primero que hacemos es negarlo o buscar excusas para no intentarlo. Me encanta rebelarme contra eso, me encanta superar la timidez y demás cosas que te autolimitan.

¿Y la portada de ‘Men's health’?

Esa es una de ellas. Yo soy una persona superescrupulosa, tímida, tengo mis manías con mi físico... Y cuando la directora de ‘Men's health’ me dijo “no tienes narices a hacer esto”, dije “¿cómo?”... Y estoy orgulloso de haberlo hecho, porque he aprendido mucho y a día de hoy estoy enganchado al deporte, me cuido, me mimo...

Y ligas más, ¿no?

Yo eso tampoco lo entiendo... Tampoco es verdad. La gente se piensa que yo ligo mucho, incluso me han llamado mujeriego, que yo no lo entiendo...

¿Tu chica cómo lo lleva?

Con normalidad.

Es que yo he oído que ya no es tu chica, no sé si es verdad o no.

No sé lo que has oído; pero como yo nunca hablo de mi vida privada, porque me considero cocinero, me considero jurado de 'Masterchef', creo que es la parte mía interesante. El resto creo que no tiene ninguna gracia.

Si lo preguntamos es que sí la tiene.

No, lo que pasa es que sois unos ‘chafarderetes’.

No, pero dices que te ponen la fama de mujeriego. Y luego imagínate que te ven con otra; van a decir que le estás poniendo los cuernos a tu novia.

Oye, eso tampoco pasaría nada, porque eso pasa en todas las casas. Pero te repito, de mujeriego no tengo nada.

Antes en la rueda de prensa decíais que habíais estado en la boda de uno de los concursantes. Y yo te iba a decir que de una boda sale otra boda. ¿Ahora qué me tienes que decir?

Ah... que yo he hecho un montón de bodas. He cocinado en más de dos mil bodas, y ya está, ¿eh? Ya está bien de bodas.

Pero déjate de fogones, ¿y ser el del esmoquin?

Yo no creo en el poner papeles al amor, de verdad que no. Yo creo en la complicidad entre dos personas. Y que quizá llega un punto en el que tienes niños u otras historias, que si hay que normalizarlo de una forma legal con estos papeles... Yo, hasta que no llegue ese punto, ¿para qué? No, no me interesa nada. No creo que sea una cosa necesaria. Igual algún día giro el chip, pero hoy es el que tengo.

Después de cinco años con tus compañeros, ya te entiendes con una mirada, supongo, ¿no?

Sí, ¿con Pepe? Él sabe cuando le miro si le quiero, si le quiero matar.

Me hablas mucho de Pepe, pero no me hablas de Eva o de Samantha.

A ver, entiéndeme, Samantha y Eva son su unidad, van juntas al baño, van juntitas... y después Pepe y yo somos como los dos hermanitos. Nos llevamos muy bien los cuatro pero, lógicamente...

¿Los chicos con los chicos y las chicas con las chicas?

No, los cuatro con los cuatro, pero cuando vamos a un exterior, Samantha se va con Eva de tiendas. Y Pepe y yo nos buscamos el restaurantito para tomarnos nuestro vinazo. Es una relación diferente, claro.

¿Alguna vez el mal rollito con algún concursante ha llegado a lo personal?

No, soy una persona transparente que se me nota que cuando les meto caña lo hago por su bien. La caña la meto por algo. El defecto lo busco por hacerte mejorar, y eso se percibe. Lo que hago es decirte la verdad, puedes no aceptarla o no gestionarla bien, pero es la verdad; no puedes enfadarte porque alguien te diga la verdad.

¿Nunca has llegado a casa pensando que te habías pasado un poco?

Sí, me equivoco a diario, muchísimo. Y sé que a veces doy una imagen de ‘chulangas’, pero es que es algo que no puedo controlar. Seguramente sea algo que hago para potenciarme, porque justamente soy muy pequeñito. Y a veces puedo parecer más chulo y arrogante de lo que soy.

No sé si miras vídeos de las primeras ediciones, ¿cómo te ves?

Sí... me veo horrible, terrible, parezco ‘Pumuki’... Tengo un equipazo, me encanta aprender, y si he aprendido a cuidarme y tal, pues imagínate rodeado de estilistas. Me cuido como no me he cuidado en la vida, y le estoy dando valor a cosas que antes no.

Hubo una concursante en la anterior edición que era extranjera, Natalia, que estuvo en tu restaurante, ¿no? Pero por lo que tengo entendido duró muy poco. No pudo soportar el ritmo de trabajo, ¿fue así?

No es que durase poco. Es que hay gente que ves que su vocación es la cocina, y en el caso de Natalia, es la cocina también vinculada al mundo de la televisión y de la divulgación. Ella viene a menudo a hacer cosas pequeñitas, para aprender y disfrutar, pero ahora mismo está en un canal autonómico haciendo cocina. Se fue de nuestra casa para hacer esa parte que le gustaba más. Pero todos aquellos que quieran venir a mi casa y quieran que les enseñe a cocinar, no tengo ningún problema; mis puertas están siempre abiertas.