Once habitantes de cuatro hogares españoles vivirán durante diez días despojados de todas sus pertenencias, incluida la ropa, mientras mantienen sus rutinas diarias como ir al trabajo, a clase y al gimnasio, en el nuevo "reality" de Antena 3, "El contenedor".

El programa, emitido por primera vez en Dinamarca, ha sido presentado hoy en el Festival de Televisión de Vitoria (FestVal) por la directora de Programas de Entretenimiento de la cadena, Carmen Ferreiro, y la directora de Entretenimiento de la productora Shine Iberia, Ana Rivas.

El punto de partida del programa es sencillo: los habitantes de cuatro hogares deberán vivir durante 9 días y 10 noches despojados de todos sus objetos personales y también del mobiliario y resto de útiles domésticos, de manera que no tendrán ropa, cama o sofá.

Todas sus pertenencias estarán guardadas en un contenedor situado a un kilómetro de la vivienda. Deberán desplazarse hasta él -se las ingenian para no estar en la calle completamente desnudos- y cada miembro podrá recuperar un solo objeto al día.

Además, estará prohibido comprar o pedir prestados objetos del exterior, a excepción de la comida y la bebida del día, de manera que en la casa no podrá introducirse ningún elemento que no haya sido recuperado del contenedor.

Se trata de un formato con "elementos de experimento sociológico" porque permitirá descubrir cómo afrontan grupos muy distintos -una familia con dos hijos veinteañeros de Alicante, una pareja de Sabadell, dos amigas malagueñas y tres compañeros de piso de Valencia- una experiencia "extrema", ha explicado Ferreiro.

A pesar de estos perfiles dispares todos los participantes han coincidido en lo que más les ha costado: dormir en el suelo en una estación fría del año. "Cuando duermes una noche sobre una puerta (para no tocar las baldosas) o dentro de un armario, al día siguiente no te acuerdas de lo que es un móvil", ha señalado Rivas.

"El contenedor", que tendrá cuatro capítulos, revelará quién es "generoso" y recupera objetos para el beneficio del grupo y quién se muestra más egoísta.

"Cada uno ha reflejado su personalidad y escala de valores", aunque la mayoría lo primero que recupera es un elemento que les cubra y que en ocasiones sirve también para dormir como un edredón o una manta.

"En general se han mostrado muy pudorosos" y se las han "ingeniado" para taparse en la medida de lo posible para salir a la calle. Así, han recurrido a cartones, papeles, unas cortinas convertidas en ropa y, a medida que recuperaban objetos, han sido capaces de acudir a clase o al trabajo vestidos con un pijama o con una gabardina, sin nada más por debajo.