Patricia es una buena chica. Algo ligera de luces y deslenguada, pero su pasado la ha marcado tanto que en cuanto ve la oportunidad de “vengarse” de los hombres no duda en hacerlo. Y es que de joven no era una belleza, pero ahora, operada, y tras la experiencia con varios maridos, cuenta a un auditorio ávido de carcajada sus escarceos sexuales, traumas y alegrías con las que muchas mujeres “se sienten” y “se sentirán” identificadas tras la obra. Patricia y Mejor viuda que mal casada le permiten a Beatriz Rico realizar -en la piel del personaje- tres cosas: desnudar su alma, cumplir un sueño y llenarse con la risa del público.

-¿Es ésta una comedia con marcado discurso feminista?

-¡Qué va! Para nada. Y tampoco se pretende en ningún momento menospreciar a los hombres. Mejor viuda que mal casada analiza siempre bajo el filtro del humor las aventuras sexuales y otras historias divertidas que a menudo se cuentan en las reuniones de mujeres.

-Entonces no es un montaje en el que sólo se diviertan las mujeres.

-En absoluto. Los hombres juegan un papel fundamental en la obra. Yo no me meto con ellos, todo lo que digo es en plan cariñoso y picantón. Es un espectáculo que habla de sexo pero de buen rollo. Yo disfruto viendo a las parejas dándose codazos de la risa cuando se sienten identificados.

-Es un monólogo muy dinámico.

-Sí. En realidad yo digo que no es un monólogo sino más bien un espectáculo donde también interactúo con el público y les hago participar en la historia.

-Gabino Diego le dijo que subiese al escenario “todo eso que siempre contaba”. ¿Es Patricia su alter ego?

-No hay nada autobiográfico en la obra. Patricia es una mujer fea que se vuelve guapa y eso me sirve como excusa. Pero si es cierto que bebo de las experiencias propias y las que me han contado mis amigas. ¡Nunca reconoceré qué historias me han pasado y cuáles no! (risas).

-¿Entonces por qué ese pudor a la hora de hablar de sexo?

-Patricia es una mujer deslenguada que habla sin tabúes de sus relaciones con los hombres. A través de ella puedo hacer cosas que siempre he querido hacer, como los diferentes personajes que imito como Luz Casal, Marta Sánchez o Madonna, al mismo tiempo que a las suegras, maridos y hombres no famosos con los que se ha cruzado Patricia.

-Ése es el toque que usted añade a la idea original de Juanjo Múgica.

-El texto es mío. Por eso quizás estoy tan nerviosa con el estreno en Mallorca, ya que no tengo el respaldo de contar con un equipo detrás. Tengo miedo a no sentirme arropada, a caerme en el escenario o a que algo salga mal.

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-Sin embargo parece que la comedia es el género donde está más cómoda.

-Soy afortunada porque he tenido la oportunidad de hacer registros muy diferentes como el drama, el thriller o la comedia, y creo que hacer drama todos los días llega a “tocarte”. La risa del público me llena, es un subidón de adrenalina que a veces hasta me olvido del personaje.

-Y después de las risas viene el sueño cumplido.

-Efectivamente. Mejor soltera que mal casada me ha permitido cumplir uno de mis sueños, que es el de coger el bombín, una silla, ponerme un liguero y cantar una canción de cabaret.

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-¿Cómo encaja esto en la obra?

-Pues porque viene enlazado con la historia que cuenta Patricia. Es una parte más del argumento y canto y bailo en dos ocasiones, gracias a la música de Paco Zarate (solista de la Caja de Pandora).

-¿Y cuándo llega el momento de desnudar el alma?

-Llega cuando hago algo que en teatro se llama “romper la cuarta pared”. Se trata de quitarme el disfraz de Patricia y presentarme al público como Beatriz Rico, para que conozcan cómo soy.

-¿Y qué contará?

-Hablaré un poco de todo. De las miserias de esta profesión, de lo duro que es sentarte a esperar el teléfono y ver que no suena o lo difícil que es compaginar la maternidad con este trabajo. No todo es glamour y fotografías.

-¿Habrá alguna sorpresa?

-Sí, pero por eso no te la puedo contar. Al final de la historia de Patricia hay algo que da sentido y unifica toda la obra.

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-Hábleme de sus proyectos pendientes.

-Ahora voy a estrenar dos largometrajes. El clan, un thriller en el que comparte reparto con Octavi Pujades y Pepe Sancho, y Las hijas de Danao, de Fran Kapilla. En agosto empiezo el rodaje de Casi Hermanos, de Ainhoa Menéndez, nominada al Goya por Fábrica de Muñecas.

-¿Cine, teatro, televisión o lo que surja?

-Yo siempre digo que el mejor actor español es Javier Bardem y nunca ha hecho teatro. En él dispones de tu voz y cuerpo como recursos básicos, y tienes el contacto con el público. El cine, bien hecho, te da prestigio. La televisión es una escuela y fuente estable de ingresos.