Cuando se cumplen doscientos años de la primera publicación de la novela Frankenstein, obra mítica de Mary Shelley, la directora Carme Portaceli ha decidido subir a escena la historia de uno de los monstruos más famosos de todos los tiempos, con el que se pretende mostrar "las tinieblas de una sociedad incapaz de asumir la diferencia". Con dramaturgia de Guillem Morales, director de la premiada película Los ojos de Julia, y un reparto de actores formado por Joel Joan (Criatura), Àngel Llàcer (Dr. Víctor Frankenstein), Lluís Marco (De Lacey-Pare), Magda Puig (Elisabeth-Agatha), Albert Triola (Henry-Félix-Enterramorts), Pere Vallribera (William-Enterramorts) y Alba de la Cruz (Safie-La Companya), esta versión teatral llega el próximo sábado al Auditori de Manacor (20 horas), con todas las entradas agotadas.

"Ya desde su estreno en el Nacional de Catalunya el público llena el teatro allí donde vamos. En la mayoría de funciones que hemos hecho parte de la platea se pone siempre en pie. Es una obra que gusta mucho a los espectadores", afirma Lluís Marco, actor que alcanzó la popularidad en las series Ventdelplà y Hospital Central, y que como actor de doblaje ha doblado habitualmente a grandes del cine como Ben Kingsley o Harvey Keitel.

Marco señala que esta adaptación teatral pone el acento "en la búsqueda constante del ser humano, el secreto de dónde nace la vida. A partir de ahí la diversifica en los dos caminos terrenales: el bien y el mal. Los personajes de la Criatura y el Dr. Frankenstein, junto con De Lacey, el filósofo que establece estas premisas en cuanto al bien y el mal, transitan por un camino de luces y sombras".

La versión de Morales respeta el texto original de una novela con la que Shelley, apunta Marco, "inventó la ciencia ficción". "Se respeta, pero hay personajes, como el que yo encarno, De Lacey, que en la novela están explicitados como de manera distinta, y aquí se le ha tenido que dar un diálogo importante para poder extrapolarlo a la adaptación teatral. Creo que Guillermo Morales ha hecho una adaptación maravillosa de la novela".

El espectador no pasará miedo aunque "la caracterización extraordinaria del personaje de Joel Joan provocará sensaciones en el espectador de todo tipo".

"Se ahonda más en la filosofía que en el miedo. Es una obra que pretende disipar las tinieblas de una sociedad incapaz de asumir la diferencia. Cada vez somos más y estamos mejor conectados pero peor unidos. Es muy difícil unir a la sociedad desde la bondad, la ternura, la cultura. Parece ser que nuestras autoridades cada vez están menos interesadas en esto y más en airear mentira tras mentira, falacia tras falacia, palabrejas que se las va llevando el viento y que nos van convirtiendo a los seres humanos en papelitos de fumar. Nos maltratan mucho, la verdad", espeta Marco.