Es una estimable e ingeniosa comedia negra que nos pone en contacto con una cinematografía poco conocida en España, la islandesa, que está dando señales de vida en los últimos años en diversos festivales y de los cuales ha surgido, entre otros, el cineasta Baltasar Kormakur.

Esta cinta que ahora se estrena en nuestro país supone, asimismo, la revelación de un nuevo autor, Hafsteinn Gunnar Sigurðsson, que es responsable de una filmografía de tres títulos, que incluye 'Either way' (2011) y 'Paris of the North' (2014). Buenos vecinos tuvo el honor de optar a la nominación al Óscar a la mejor cinta en lengua extranjera. En ella aborda un tema propicio para el conflicto, el del enfrentamiento vecinal, a pesar de que surge, teóricamente, de motivos irrelevantes. En efecto, la evolución de los acontecimientos que vemos supera todas las previsiones de la lógica para entrar en el terreno de lo absurdo y de lo trágico. Algo tanto más sorprendente cuanto que afecta cuestiones sexuales que uno creía que estaban totalmente superadas en la sociedad de Islandia.

Pero lo cierto es que un simple árbol, un perro y un gato y un supuesto engaño vinculado con el sexo provocan un terremoto de proporciones imprevisibles. El que peor lo pasa en principio es un joven padre del que su esposa reniega cuando lo encuentra solo en su casa satisfaciendo sus necesidades sexuales. Ni siquiera acepta que se trata de un vídeo filmado antes de que se conocieran. Y lo expulsa de casa, obligándole a vivir con sus padres, y le niega la custodia compartida a su hija pequeña. Más banal parece lo sucedido con el árbol, que solo se entiende si se repara en el valor de los mismos en una isla en la que apenas existen y que para muchos en ningún caso pueden impedir que eliminen los admirados rayos de sol. Aquí son dos vecinos los que se enfrentan, una tensión que tiene unas insospechadas derivadas en el perro y en el gato de ambos, cuyas vidas corren serio peligro. Y así, con humor y con brillantez, pero con respuestas dramáticas impensables, la trama adquiere su inexplicable sentido.