Es un testimonio tan crudo como real y llega, además, al fondo del corazón del espectador porque todas sus imágenes están repletas de vida y buena parte de las mismas están inspiradas en hechos reales vividos por la propia directora y guionista, aunque también hay otras que forman parte de la habitual ficción de una película.

Segundo largometraje de la cineasta noruega de origen paquistaní Iram Hak, que hizo su ópera prima en 2013 con ´I am yours´, describe con una sinceridad y un dramatismo aplastantes el abismo que separa a la adolescente de 16 años Nisha de su padre, Mirza, que han crecido en dos mundos absolutamente antagónicos. La cinta formó parte, entre otros, de los festivales de Toronto, Edimburgo, Goteborg y Jerusalén.

Nisha es una muchacha que vive dos realidades, la que es consecuencia de su condición de inmigrante paquistaní residente en Noruega y la que está vinculada a su nueva nacionalidad. Son dos ámbitos que no tienen nada en común, uno próximo al tercer mundo y otro a una sociedad sumamente avanzada que van a poner a prueba su entereza y su madurez. Lo peor es, que las consecuencias del choque entre los dos acarreará momentos terribles. Todo es fruto de una situación para la que no está preparada, cuando el padre la encuentra haciendo el amor con un amigo, y que motiva que todo el peso de unas tradiciones ancestrales y machistas recaigan sobre ella. No sólo es expulsada del hogar y enviada con sus ancestros a Pakistán, sino que será conminada por su padre para que tome una decisión irreversible.

En ningún caso ha intentado ponerse del lado de unos o de otros, sino contar una realidad que, aunque parezca exagerada, con una policía corrupta que supera los márgenes de deterioro ético más impensables. Tiene su correspondencia en nuestros días y que no es nada más que la tragedia de la brecha cultural. No sería justo olvidarse de gran trabajo de la actriz Maria Mozhdah, que ha hecho factible un personaje, el de la protagonista, que aporta al mismo una dimensión que sobrepasa la interpretación convencional.