No acaba de redondear esta interesante propuesta, porque en determinados momentos de la primera mitad se le va al realizador de las manos, pero es un thriller político y violento sumamente personal, que se convirtió en una revelación en los festivales de Toronto y de Sitges, llamando la atención de una crítica que la apoyó mayoritariamente. De ahí que no mereciera un estreno tan poco aireado en las pantallas españolas, donde los distribuidores optaron por proyectarla exclusivamente en versión original subtitulada.

Esta segunda película de Sam Levinson, hijo del Barry Levinson, que debutó en la dirección en 2011 con Another happy day, abre perspectivas de futuro más que esperanzadoras. 'Nación salvaje' se inspira en un hecho histórico, el caso de las Brujas de Salem que tuvo lugar en 1692 en la localidad norteamericana del mismo nombre, cercana a Boston. El suceso culminó con un juicio contra un grupo de ciudadanos acusados de practicar brujería y dio pie en 1952 a una obra de teatro de Arthur Miller que fue galardonada con el premio Toni. En nuestro días, sin embargo, no hay brujas ni juicio, aunque sí una rebelión en toda regla de cuatro amigas, Lily, Bex, Sarah y Em, que estudian su último curso de instituto y que no están resignadas a que quede impune la acción de un hacker que está sacando a la luz la intimidad de unos vecinos que no ocultan su doble vida. El ambiente que se crea en la localidad es trágico, de forma que a raíz de las revelaciones se origina una tensión que desemboca en algo parecido a una cacería, en la que no faltan las víctimas y la violencia.

Esta última conlleva que la historia se convierta en una lucha abierta y sangrienta en la que las cuatro protagonistas se convierten en auténticas justicieras que desprenden la imagen de un poder femenino contundente y empoderado. Es probable que se abuse de la sangre y la crueldad, si bien estos desmanes encajan en alguna medida en el entorno social en el que la extrema derecha y el fascismo muestran a las claras sus hábitos de conducta. Es la respuesta en clave feminista de la ruptura del orden establecido y la contundente condena de la homofobia y el sexismo. Se podía haber mejorado la oferta, pero en ningún caso es despreciable.