Un intento en buena parte fallido de crear en la pantalla a un monstruo abanderado por internet y al que se pretendía convertir en el primer icono de terror de la red. La operación tenía algunos ingredientes aprovechables, entre otras cosas porque reunía elementos de seres realmente siniestros y con una larga tradición cinematográfica, pero no han sabido combinarse de la forma más idónea. Son defectos que impiden que 'Slender Man' pueda, entre otras cosas, convertirse en el Freddie Kruger de la nueva generación. Creado por Eric Victor Surge Knudsen, no ha tenido la respuesta esperada en su trasvase a la pantalla, donde se deja sentir la discutible realización del francés Sylvain White cuya experiencia en el campo del terror no es todo lo satisfactoria que sería de desear. Este es su sexto largometraje, entre los que figuran 'Siempre sabré lo que hicisteis el último verano' (2006), 'Ritmo salvaje' (2007), 'Los perdedores' (2010) y 'La Marques den anges. Miserere' (2013).

Aunque White puede alardear de un oficio correcto en el género y dispone de resortes para asustar al público, es demasiado evidente que su trabajo denuncia una considerable ausencia de originalidad que hace mella en el global de la película. Se han preparado con celo los factores clave para forjar por un lado el miedo y por otro los ambientes y los momentos esenciales que contribuyeran a escapar de los tópicos, si bien no se evita que el relato caiga en la reiteración y en el tremendismo. Tanto es así que lo más acertado de la cinta son las imágenes de ese ser horroroso que surge de la oscuridad y de la frondosidad del bosque que rodea a la ciudad. Por lo demás, el guion no brilla como cabía esperar, valiéndose una vez más de la misteriosa desaparición de una adolescente que siembra el terror en su entorno, especialmente entre sus tres amigas que sienten que su osadía de convocar a Slender Man ha sido un trágico error.