Clasificación: *** | Título Original: 'Waves'. EE.UU. 2019. Dirección y guión: Trey Edwards Shults. Fotografía: Drew Daniels. Música: Trent Reznor y Atticus Ross. Intérpretes: Kelvin Harrison Jr, Sterling K. Brown, Tylor Russell, Lucas Hedges, Alexa Demie, Justin R. Chan, Joshua Brockington, Krisha Fairchild, Renee Elise Goldsberry, Albert Link. 135 minutos.

Otro nombre a incluir en la agenda de directores norteamericanos de última hornada que no tardarán en mostrar unas cualidades que ya se dejan ver en los inicios de su labor. Trey Edwards Shults, en efecto, es uno de los nombres más prometedores al respecto cuando solo ha realizado tres largometrajes, el que ahora se estrena, 'Trisha' en 2015 y 'Llega de noche' en 2017.

En este caso, además, las perspectivas son más acentuadas si reparamos en que el realizador es también responsable único del guión. Con todos estos alicientes el espectador se erige en testigo privilegiado de la realidad que fluye de la mansión de los Williams, una familia afroamericana de clase media-alta que reside en las afueras de una ciudad de Florida.

El clima que se detecta en el hogar no es precisamente fraternal y da la impresión que el padre, Ronald, no ha superado la desaparición de la madre, un factor que también demuestran los dos hijos, Tyler, que a sus 17 años quiere abrirse paso en la lucha libre, y Alexa, que está viviendo las emociones de su primer amor. Para ambos la segunda esposa del padre nunca ha dejado de ser la madrastra.

Dividida en dos partes en función del protagonista de las mismas, que son los dos hermanos, la primera es dura, de un dramatismo terrible y con unos momentos violentos que dejan huella. Son las consecuencias del crimen machista que aflora cuando los celos y la ira destruyen todo signo de sensatez. La segunda, en cambio, es la otra cara de la moneda y refleja la capacidad de perdón y de reflexión del ser humano cuando se cierra el camino a la sinrazón.

El caso es que al conocer Alexa al joven que va a ser su novio los despojos del asesinato y del odio inician, aunque sea demasiado tarde, una elocuente retirada. En ese sentido hay que recalcar, asimismo, la determinación del novio de Alexa de asistir al entierro del padre, con el que no se hablaba desde años atrás.

Es evidente que ahora son otros factores los que llevan el peso de los acontecimientos. Todo ello, por cierto, con unos actores en su mayoría jóvenes y a tener también en cuenta y de un metraje de 135 minutos que nunca llega a hacer mella en el público.