Me hacen reír los que dicen que el garrote [garrote vil] es inhumano. ¿Qué es mejor, la guillotina? ¿Usted cree que se puede enterrar a un hombre hecho pedazos?.

La frase forma parte de un dialogo entre Amadeo (Pepe Isbert) y José Luis (Nino Manfredi) en El verdugo, de Luis Garcia Berlanga (el también valenciano Ricardo Muñoz Suay fue su ayudante de dirección, y el guion fue escrito por el propio Berlanga junto con Rafael Azcona y Ennio Flaiano).

Lo recordamos ahora, en 2013, año en que se cumple medio siglo del rodaje y del premio Fipresci (de la crítica internacional) que obtuvo en el Festival de Venecia la película, sin duda alguna, una obra maestra del cine español e internacional (la producción se repartió entre Naga Films, fundada en 1957 por el eldense Nazario Belmar junto con Marcelino Galatas, y la italiana Zebra Films, al 30% y 70% respectivamente).

Corría, pues, el año 1963 cuando el equipo del film se trasladó a Mallorca para rodar los exteriores de El verdugo (los interiores fueron madrileños). No eran, evidentemente, tiempos fáciles para los españoles, ni para los de dentro ni para los que forzosamente habían tenido que salir del país. Con todo, ya en plena guerra fría, justo una década antes, se había firmado con los Estados Unidos el Pacto de Madrid, que permitió la instalación de bases norteamericanas en la Península; dos años después, en 1955, España había entrado a formar parte de las Naciones Unidas, y en 1959,, el presidente Eisenhower había acudido en persona a visitar al dictador Franco.

La ruptura del aislamiento político internacional español derivado de la guerra civil de 1936-39 era así evidente, y la economía empezaba a oxigenarse tras el paso de la autarquía al desarrollismo (con el Plan de Estabilización de por medio), del que formaba parte sustancial la creciente aportación económica de la cada vez mayor afluencia de turistas europeos en busca del sol y la playa de lugares como Valencia, Andalucía o la anteriormente mencionada Mallorca.

De cualquier modo, la cruda realidad era que España seguía en aquel berlanguiano 1963 bajo la bota de una férrea dictadura franquista, que aplicaba sin piedad la pena de muerte ante a la creciente oposición internacional. Solo un año antes, en junio de 1962, se había celebrado el que fue bautizado por el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, como Contubernio de Múnich.; en abril de 1963 era ejecutado el comunista Julian Grimau, y en agosto de ese mismo año corrieron la igualmente triste e injusta suerte Francisco Granados y Joaquín Delgado, de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias. En este mismo orden de cosas, 1963 fue el año en que nació también el tristemente popular Tribunal de Orden Público.

Queda claro, por lo tanto, que no era el mejor momento para rodar, sin asumir altos riesgos, una película que, agazapada bajo el humor inteligente, escondía una demoledora crítica contra la pena capital, aunque el auténtico trasfondo inspirador del filme, según el propio Berlanga, era denunciar .la facilidad con que el hombre contemporáneo acaba cediendo a los condicionamientos sociales, se traga inconscientemente „o quizá no„ los elementales cebos que las circunstancias le tienden y queda así sujeto a las garras de un estado de vida que no es el que íntimamente habría deseado..

No, no era el mejor momento para rodar esa película sin estar preparado para afrontar las prácticamente inevitables consecuencias. Y las hubo. Alfredo Sánchez Bella, a la sazón embajador de Franco en Roma, califico El verdugo como .uno de los mayores libelos que jamás se han hecho contra España.

La cinta, por lo tanto, sufrió los cortes de la censura y su director, Luis Garcia Berlanga, no pudo volver a dirigir en el país hasta 1967 (Las pirañas / La boutique, también con

Rafael Azcona como guionista).

El verdugo se estrenó comercialmente el 17 de febrero de 1964. Además de los ya citados Manfredi e Isbert, figuran en el reparto auténticos históricos del cine español: Emma Penella, Jose Luis López Vázquez, María Luisa Ponte, Julia Caba Alba, Lola Gaos, Chus Lampreabe, Xan das Bolas, José Sazatornil, Antonio Ferrandis, Alfredo Landa, Agustín González... Y también algunos actores mucho menos conocidos, de la tierra mallorquina donde, durante tres días, se rodaron los exteriores del film, como acaba de recordar Gabriel Rodas en Diario de Mallorca. Entre ellos, y a además de un centenar de extras, Xesc Forteza y Joan Ferrer.

En estos momentos, y según ha trascendido recientemente, la productora valenciana Nadie es Perfecto, con la colaboración de Televisión Valenciana, tiene entre manos la grabación de un telefilme (no está descartado que finalmente sea un largo para la gran pantalla) sobre el estreno de El Verdugo. En el guion, entre otros, Rafael Maluenda. En la dirección, Juan Luis Iborra.