Un descamisado y nervioso Joaquin Phoenix abre la puerta de su nevera en mitad de la noche y comienza a sacar todo lo que contiene el refrigerador. Bolsas de comida, botellas, bandejas... todo sale volando y acaba en el suelo para hacer hueco en el refrigerador a lo que Arthur quiere guardar allí: él mismo. Hecho un ovillo se mete dentro de nevera y, tras una intentona fallida, consigue cerrar la puerta.

Esta es una de las escenas de Joker que no estaban en el guión y que Phoenix improvisó, según ha revelado Lawrence Shere, director de fotografía del filme que en una entrevista con Slashfilm ha recordado cómo todo el equipo de la película quedó sorprendido cuando el actor comenzó a vaciar el contenido de la nevera para meterse dentro. "Colocamos dos cámaras en distinta posición, y Joaquin pensó en lo que haría si padeciese un insomnio brutal. De nuevo le dimos libertad para ir hacia donde quisiese, y en la primera y única toma que hizo nos quedamos hipnotizados. Recuerdo pensar: '¿Qué está haciendo? ¿Realmente acaba de entrar en la nevera?'. Para nosotros, contemplarlo fue gracioso y extraño al mismo tiempo".

Para Lawrence Shere, el baile de Arthur Fleck en un baño público de Gotham -otra de las escenas improvisadas por Phoenix- marcó un antes y un después en el rodaje de Joker. Una filmación que, como ya trascendió en su momento, iba reescribiendo su guión durante la filmación. "Joaquin creó todo el baile y, tras el éxito de esa escena, comenzamos a crear más momentos como ese" apunta Shere. "Como cuando está jugando con el arma y la dispara contra la pared. Todo lo que sabíamos era que la dispararía en algún momento, pero nunca planeamos cuándo. Tampoco sabíamos que se levantaría y que tendría esa conversación consigo mismo, ni que comenzaría a bailar", ha revelado.

Dirigida por Todd Phillips, Joker se ha convertido en la película para adultos más taquillera de la historia, superando los 875 millones de dólares.