Estas son las recomendaciones gastronómicas y de hostelería en Mallorca del New York Times

La revista ha destacado restaurantes del Pla de Mallorca, hoteles de Llevant y tiendas en Palma

El Gran Hotel Son Net, en la Serra de Tramuntana, en Puigpunyent.

El Gran Hotel Son Net, en la Serra de Tramuntana, en Puigpunyent.

Desde el otro lado del charco, nos vigilan bien de cerca. Tal es la admiración por Mallorca que hasta el New York Times le dedicó, el pasado 30 de agosto, un artículo recopilando las mejores recomendaciones gastronómicas y de hostelería de toda la isla. Entre ellas, destacan restaurantes del Pla de Mallorca, hoteles de Llevant y tiendas en Palma. Un recorrido por los lugares que, a juicio de la redactora Gisela Williams, nadie se debe quedar sin visitar.

La periodista comienza con la mejor de las recomendaciones para llegar a todos los rincones de la isla: alquilar un coche. A partir de ahí, siguiendo los pasos de sus coterráneos Robert Graves o Laura Riding, dos poetas que se mudaron a Deià en busca de inspiración y “sol todo el año”, se adentra en la isla, a través de los ojos de cuatro afincados en Mallorca.

Para dormir

Para hospedarse, menciona cuatro lujosos hoteles repartidos por todo el territorio. En primer lugar, el Gran Hotel Son Net, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO y cuyos precios van desde los 650 euros la noche hasta los 3.000. Las suites disponen de jardín privado, piscina y terrazas con vistas al Galatzó, pero lo que más destaca la reportera es su estilo “clásico pero fresco y contemporáneo” que no da la sensación de ser “demasiado”.

También recomienda el Palma Riad, un hotel solo para adultos de inspiración marroquí en Ciutat con habitaciones desde 600 euros, y Es Racó d’Artà, un espacio minimalista diseñado por el arquitecto Antoni Esteva donde, en temporada baja, te puedes hospedar por 350 euros la noche.

Por último, añade a la lista el Hotel Corazón, la nueva gran apertura en Deià. Sus espacios son obra de los artistas Kate Bellm y Edgar Lopez, y cuenta con la colaboración del chef Grace Berrow en los fogones.

Para comer

Hablando de fogones, Williams no se olvida de la parte gastronómica, tan fundamental en la vida de cualquier mallorquín. La primera recomendación que lanza es Ca na Toneta, en Caimari. Su chef, Maria Solivellas, repiensa comidas tradicionales y estacionales mallorquinas y crea nuevos platos a los que les añade las hortalizas que cultiva en su propio huerto. Otros de los locales que menciona son Sa Foradada, donde sugiere reservar con antelación y probar su famosa paella, Casa Manolo en Ses Salines, especializado en pescado fresco, y Ses Coves, un restaurantes rústico en lo bajo del Puig de Sant Miquel.

En cuanto al vino, cuya escena, afirma, “se está poniendo interesante” en Mallorca, recuerda el Bar La Sang de Palma, dentro de los 10 mejores bares de España según El Comidista, y a la vinicultora Cati Ribot, que usa sus propias manos para elaborar sus brebajes y ofrece catas privadas cada sábado.

Para comprar

Por último, el New York Times ha querido tener en cuenta otros aspectos de la isla como son sus productos de elaboración local y lugares que visitar. Para los que busquen apoyar el negocio artesanal, ofrece cuatro opciones: Joy, una boutique que trabaja con mimbre y hojas de palma, La Pecera, con diseños únicos de sillas y demás mueblaje, Cortana, cuyo local en Palma describe como “un laberinto de habitaciones blancas”, y Earth Core, una nueva galería en Sóller fundada por berlineses.