Sabemos que eso de pasar una horita en la playa y para casa no es lo más normal en las vacaciones. Una jornada al completo, desde primera hora hasta que se va el sol, pasando por las horas más críticas de calor, sí lo es. Pero para eso hay que estar preparado y armado hasta los dientes de los mejores recursos, sombrilla, protector, toallas, gorras, gafas de sol... pero qué pasa con la comida.

Con los alimentos hay que tener especial cuidado si queremos disfrutar de las vacaciones sanos y salvos, lejos de intoxicaciones e indigestiones de caballo. Para eso, algunos consejos para evitar riesgos y escoger los ingredientes perfectos para combinar un día redondo con una dieta sana.

¿Qué llevar?

Aunque la primera opción que nos viene a la cabeza son los típicos bocadillos, contundentes y fáciles de hacer, hay mil y una opciones más que podemos preparar en un periquete asegurándonos de no sufrir una indigestión.

- Frutos secos, palitos de zanahoria, fruta fresca o tostadas son algunos de los alimentos que harán más agradable una jornada de playa sin hartarnos de carbohidratos.

- Las ensaladas son perfectas y fresquitas para cuando ataca el gusanillo. La pasta o el arroz, por ejemplo, son opciones sencillas y populares que no nos dejan con hambre. Solo hay que tener en cuenta un par de cosas: el aliño siempre al final y para esto el limón es una buena alternativa a un bote grasiento de aceite, además de ser más sano y cambiar calorías por vitaminas.

- La fruta y la verdura deberían anteponerse siempre a los embutidos. Con una sopa fría como el gazpacho nos marcamos un completo, y de lo más cómodo para tomar en la playa.

- Como hemos dicho, la fruta tiene que estar presente sí o sí, sobre todo en la temporada de sandías, melones y ciruelas que nos ayudan a luchar contra el calor y la deshidratación.

Recuerda, lleves lo que lleves, siempre en una nevera que mantenga los alimentos frescos y, cómo no, la clave de todo, el tupper.

Lo que debemos evitar

Para evitar cualquier riesgo para nuestra salud hay que tener en cuenta tanto los alimentos que podemos llevar como los que no.

- En primer lugar, el alcohol es lo primero que deberíamos tachar de la lista. Las bebidas alcohólicas pueden convertirse en tu peor enemigo en un día de bochorno, ya que favorece la deshidratación, por no hablar del riesgo que conlleva meterse al mar con un par de cervezas de más.

- Los refrescos con azúcar y el amplio surtido de snacks que llena filas en el supermercado tampoco hidratan lo suficiente y desde luego no son la opción más sana, aunque nadie nos quita un capricho de vez en cuando. También conviene evitar los alimentos fritos. En días de calor el exceso de aceite hace la digestión mucho más pesada.

- Por último, cuidado también con la mítica tortilla de patata, la ensaladilla rusa o el bocadillo con mayonesa. Tendremos que poner los cinco sentidos con cualquier alimento a base de huevo sobre todo si ha estado expuesto al sol o al calor. Si queremos evitar una intoxicación, siempre podremos sustituir este delicado alimento por otro condimento como verduras u hortalizas. Si aun así no te das por vencido, debe mantenerse siempre a la sombra y en frío.

Para beber

Sí, podemos sustituir las cervezas y los cócteles del chiringuito por algo mucho mejor y más barato.

- Sin lugar a dudas, el agua es la mejor opción para calmar la sed e hidratarnos. Agua, agua con gas, agua con limón... Recién sacada del congelador, una botella de agua fresca, sea cual sea, es imprescindible para la jornada dominguera, sobre todo si hay niños de por medio.

- Pero sin ser tan estrictos, preparando una buena limonada, batidos naturales o zumo de frutas podemos combatir el calor de un forma deliciosa y original.