El sueño de los más pequeños es uno de los aspectos que más preocupa a muchos padres. El momento de meter a los niños a la cama es todo un ritual para garantizar el posterior descanso. Además de contar el cuento obligatorio, preparar a sus muñecos favoritos y arroparlos, hay un paso previo fundamental para asegurar que tus hijos van a dormir bien. Se trata de evitar la ingesta de ciertos alimentos por parte de los más pequeños de la casa.

Si quieres que tus hijos duerman toda la noche sin despertarse controla, sobre todo, lo que coman para cenar. Es fundamental evitar ciertos alimentos como, por ejemplo, los ricos en cafeína, los procesados o los diuréticos.

Queso

Seguramente no lo sabías, pero el queso puede ser uno de tus principales enemigos a la hora de meter a tus hijos a la cama. El queso contiene un aminoácido llamado tiramina, el cual activa nuestro cerebro. Por eso, sustituye el queso por otros lácteos como yogures o leche en las horas previas a acostarse.

Salchichas

Todos los alimentos procesados son difíciles de digerir. Este es el caso de embutidos como el salchichón o el chorizo. Lo mismo ocurre con las salchichas, dadas las grasas y proteínas que contienen.

Naranjas y mandarinas

El ácido que contienen los alimentos cítricos puede pasar factura a la hora de irse a dormir. La ingesta de este tipo de alimentos hará que tus hijos noten cierta acidez y esto les haga más complicado conciliar el sueño.

Refrescos con cafeína

Olvídate de ofrecerles refrescos con cafeína a tus hijos para cenar o por las tardes. Este componente hará que cuando tu hijo se meta en la cama no pueda conciliar el sueño.

Alimentos diuréticos

Evita alimentos ricos en agua u ofrecerle demasiado líquido a los más pequeños a última hora del día. De esta manera, evitarás que tengan que levantarse al baño durante la noche y puedan desvelarse. Intenta por lo tanto evitar darle para cenear alcachofas, zanahorias, kiwis, melón, sandías, coliflor, cebolla, sopas, etc.