Son gigantes, Sancho

Paolo Zerbato Cano.

Estos días está de plena actualidad el juicio de Daniel Sancho en Tailandia. Por medio de este escrito quiero responder a todas las personas que me interrogan respecto al tema.

Como intérprete de la Royal Thai Police y del Sistema Judicial tailandés, puedo opinar sobre el tema por no ser el primer caso que conozco aventajadamente. El último fue el asesinato de mi amigo David Bernat por parte de Artur Segarra, condenado a muerte en su tiempo. Un compañero de comisaría estuvo en su juicio y me comentó los detalles del juicio. Una de las dudas que tengo respecto al caso es que, como se afirma, le han hecho firmar papeles en blanco. En todo caso serían documentos redactados en tailandés, cosa de la que se quejan muchos detenidos. ¿Qué se esperan? Que esté todo en su idioma de origen. Cualquier autoridad judicial sabe perfectamente que el detenido no sabe leer tailandés y no tiene sentido que firme un documento que no puede entender. Más de un rebote me ha costado convencer a un engrilletado que lo mejor es firmar y callar.

El caso de Daniel no tiene nada que ver, pero la Justicia tailandesa tiene bien claro que un farang (occidental) ha matado a otro, y eso lo contempla la Ley como asesinato, que luego se discernirá si es con premeditación o no.

Lo más probable es que sea condenado a muerte, pero si partimos de la base de que hace más de 30 años que no se ejecuta a ningún extranjero, lo más probable es que se conmute por cadena perpetua (no sé qué es peor). Pasados unos años, alrededor de ocho, la benevolencia de Su Majestad el Rey le perdonará la condena y lo tendremos paseando por el Reino de Siam como hace Artur Segarra.

Como aprendió Francisco Cuesta (el de la jungla) cuando encarcelaron a su exesposa, en Tailandia sólo hay que estar callado para no perjudicar la imagen del país y de este modo se puede conseguir algo. Ir a embajadas, consulados, medios de comunicación sólo puede perjudicar al encausado. Y las cárceles tailandesas tienen la peculiaridad de ser cárceles de verdad, no pensiones con televisión y demás servicios incluidos.

Está claro que pronto, relativamente, lo tendremos por aquí presentándonos el libro que relata su aventura, omitiendo ciertos detalles por supuesto.