¿Cómo vivían los mallorquines hace un siglo? Muchos escuchamos atentos las historias del pasado de nuestros abuelos y mayores y nos imaginamos esa Mallorca rural volcada al campo, a los animales, a los días de 'mercat' o a las 'matances'.

En los últimos cien años la vida de los isleños ha dado un cambio radical, sin embargo todavía es posible viajar en el tiempo y adentrarnos en las costumbres y tradiciones de nuestros antepasados.

Fincas transformadas

Els Calderers y Sa Granja son dos fincas en las que se ha querido preservar el carácter mallorquín y abrirlo al público. Ambas son antiguas 'possessions' reformadas en las que se ha tenido en cuenta hasta el más mínimo detalle para devolvernos al siglo XIX.

Sa Granja es una mansión que data del siglo XVII, situada en el municipio de Esporles, convertida en casa museo. "Hoy es una auténtica muestra viviente de las costumbres mallorquinas a través del tiempo", dicen en su página web. Y razón no les falta. Uno puede pasear por las dependencias señoriales de la casa y observar los muebles, tapicería y vestuario de época perfectamente conservados.

Por si fuera poco también hacen demostraciones de los oficios de la época: costureras, artesanos del vidrio, carpinteros y cocineras nos enseñan cómo se trabajaba siglos atrás.

Els Calderers, en Sant Joan, es otro de esos lugares en los que uno puede ver de cerca las tradiciones mallorquinas. En este predio del siglo XVIII no falta el taller del herrero, la cocina típica en la que se cocía pan por aquel entonces o la lavandería donde teñían nuestros antepasados.

Visitar estas possessions son un plan excelente para conocer mejor nuestra cultura y tradiciones, sobre todo en estos días en que el calor todavía no aprieta.