La costa de Mallorca alberga numerosos islotes lo suficientemente cerca para poder visitarlos a golpe de brazada. Una gran opción es conseguir una pequeña bolsa estanca, hacer acopio de víveres y alcanzar la costa de estas pequeñas islas con valor histórico o natural, aunque en la mayoría de los casos lo mejor es no pasar de la línea litoral, porque a menudo se trata de importantes espacios de nidificación de aves.

Aunque es algo que deberías hacer sin importar a donde vayas, en estos casos es aún más primordial, si cabe, que no dejes basura atrás, llévate otra vez contigo todo lo que uses, y respeta estos espacios. Ten además en cuenta, que algunos de estos ecosistemas son reservas naturales: respétalos, no molestes a su fauna y no dañes su flora.

Na Guardis. Es un islote próximo a la Colònia de Sant Jordi que se encuentra en línea recta a unos 300 metros de la costa. Alberga un importante yacimiento arqueológico de las épocas fenicia y púnica. No hay que pisarlo ni traspasar sus límites. Es relativamente sencillo llegar nadando, aunque para los que no tengan mucha práctica es recomendable que hagan uso de unas aletas para que no le fallen las fuerzas. También hay que tener en cuenta en verano que el espacio entre la costa y el islote es una zona con mucho tráfico marítimo, con lo que hay que extremar las precauciones.

Sa Porrassa sufrió un incendio en 2015 DM

Sa Porrassa. Este islote está en la bahía de Magaluf, a unos 500 metros de la costa desde el punto más cercano. Mide aproximadamente unos 400 metros de largo y 200 de ancho, y se encuentra a 36 metros sobre el nivel del mar. Como curiosidad, antes de la década de los 60 era utilizado para la recolección de sal pero, desde entonces, comenzó a ser muy visitada por turistas que llegaban a ella a nado, y que la denominaban Black Lizard Island (isla del lagarto negro) por la gran cantidad de lagartijas que la habitaban.

En el año 2015 sa Porrassa sufrió un incendio que arrasó 1,52 hectáreas que fue provocado por turistas. Dos adolescentes llegaron al islote en velomar y, uno de ellos, arrojó una colilla que prendió en unos matorrales.

Illot des Porros. Está situado en la bahía de Alcúdia a unos 65 metros de la costa, delante de la necrópolis de Son Real. Tiene una superficie aproximada de 3.500 metros cuadrados, y apenas supera los 4 metros de altura. En este islote se haya una necrópolis talayótica con restos de del siglo VII a.C. en la que se encontraron restos de 285 personas de origen oriental, posiblemente púnico. Su curioso nombre se debe a su característica vegetación: una gran extensión de puerros silvestres.

Malgrats. Son dos islotes pertenecientes a Calvíà, en la bahía de Santa Ponça, y situados a 300 metros de la costa el más pequeño y a 430 el más grande. Aunque una travesía a nado pasando por las dos pequeñas islas podría ser una tarea dura, encima de una tabla o en una pequeña barquita, será un grato recorrido. Si te atreves a hacerlo nadando, no te olvides de tu equipo de snorkel, ya que la gran riqueza marina que poseen sus aguas, no deberías perdértela. En el año 2007 se aprobó el hundimiento de una fragata en la zona con el fin de crear un arrecife artificial para el buceo y también para potenciar el aumento de la vida marina. No te olvides de visitar las grandes praderas de posidonia cercanas a los islotes.

Illa d'Aucanada. Está situada a unos 150 metros de la costa, en la punta des Far, en la bahía de Alcúdia. Está coronada por un fantástico faro compuesto de una torre y una casa blanca en la que los fareros vivieron durante más de un siglo. Lo más característico de este islote puede ser que puedes llegar fácilmente nadando, en barca o, lo más impresionante, ¡andando!. Esto es porque el agua no cubre más allá de un metro y medio, lo que hace aún más increíble, si cabe, este lugar.