Un faro emprendedor protagonista de varios fracasos; islotes históricos que fueron fábricas de armas; los primeros salineros, joyeros (y esclavos) de Mallorca; las mejores vistas del Parque Nacional y varias playas vírgenes y calitas "de bolsillo" para holgazanear. Y naturaleza pura. ¡Mucha naturaleza! Bendita Roqueta nuestra, con tanto que contar, ver y disfrutar... ¡Y nosotros sin saberlo!

Hoy vamos a disfrutar a tope del Cap de Ses Salines y su entorno empezando por una excursión que discurre justo al borde del mar teniendo las mejores vistas del archipiélago de Cabrera. Se trata de los 8 kilómetros de ruta que hay entre la Colónia de Sant Jordi y el faro del Cap de Ses Salines, una ruta que si se quiere se puede hacer entera en aproximadamente dos horas o rendirse a la primera estirando la toalla y entregándose al 'dolce far niente'. Pero antes de plantar la sombrilla entérate bien de todo lo que se puede gozar. Y de cuantas cosas interesantes puedes aprender. ¡Menudo planazo!

El faro del Cap de ses Salines y sus fracasos

Se puede empezar a caminar desde el faro del Cap de ses Salines o desde la Colonia de Sant Jordi, aunque yo, personalmente, prefiero la primera de las opciones, ya que podéis volver hasta el faro en taxi desde la Colonia y así evitaros la vuelta andando (8 kilómetros menos de caminata). ¿Yo sabes lo que hago? Salgo a eso de las 9 de la mañana del Cap de Ses Salines, de chapuzón en chapuzón, y me planteo llegar a la Colonia de Sant Jordi a la hora justa del vermut. Me tomo la cervecita y me quedo a comer. Después del baño y la siesta en la playa me cojo un taxi y vuelvo al faro, donde dejé el coche. ¡Lujazo! Debe ser que me estoy acomodando... (o haciéndome mayor). La opción del bocata de sobrasada (con la grasita del queso de Maò derretido) y quedarse a comer en la playa de Es Carbó tampoco es mala, ni mucho menos.

Volvamos al faro, donde comienza todo: ¿Sabías que fue levantado entre 1850 y 1870 y que tuvo su emplazamiento original en la misma punta? En mi libro Mallorca Salada tienes un vídeo del faro precioso y un montón de fotos que lo cuentan todo, como que debido a que se anegaba con los temporales decidieron construir el faro definitivo a 60 metros de distancia de la orilla, donde se encuentra hoy mismo. En 1958 se produjo el recrecimiento de la torre en 6,5 metros y en 1983 fue el primer faro de España que se alimentó con paneles solares. ¡Eso es ser un auténtico emprendedor! Aunque antes (en 1957) ya se intentó emplear un aerogenerador que no tuvo éxito en parte por la ausencia de viento. Porque no todos los emprendedores acertamos a la primera... Y eso no es un fracaso. Eso se llama aprendizaje.

Caminar o rendirse ante la primera tentación

Aunque no es una excursión excesivamente dura, pues no cuenta con apenas desnivel, quizás todavía haga demasiado calor, y como hay tramos que recorrer por la arena, igual se te hace la boca agua (y las piernas gelatina) al ver las primeras calitas de arena fina que salpican el tramo de costa que va desde el faro hasta la preciosa playa de Es Cargol (que se encuentra a 1.500 metros del faro). ¿No las conoces? Son la número 144 de mi guía de "Todas las playas de Mallorca".

¡Que sí, que sí...! Que a más de uno le pasará lo mismo que a mí, que venía pensando en echar el día de caminata y al final acabé aquí tumbado, nadando y gozando de las vistas, en estas paradisíacas microplayas de bolsillo que están hechas como para dos. Para pecar los dos. Pues son tan apetecibles, tan acogedoras, tan... golosas, que al final puede más la pereza -el arte del yacer- que las ganas de caminar. Además, tienen algo muy curioso: que lo mismo la próxima vez que vengas ya no existen, pues son unas calitas de arena fina tan pequeñas e inestables que pueden desaparecer de un día para otro. Así que, como dijo el poeta romano Horacio: Carpe diem, quam minimum credula postero ("aprovecha el día, no confíes en el mañana"). Y todo por culpa de (o gracias a, según como se mire) el Cap de Ses Salines, cuya geografía está muy sometida a las corrientes, lo cual, unido a la presencia de numerosos bancos de arena, provoca estos cambios en la fisionomía de la costa. Te recomiendo que vengas caminando lo más cerca de la orilla, escudriñando entre las rocas, buscando que se obre el milagro de que seas tú el primero en descubrir ese rincón perfecto para extender la toalla y el cuerpo, con vistas al cielo, al mar infinito, a la isla de Cabrera y a su constelación de pequeños islotes. Amigo, si aquí no logras desconectar del mundo es que tienes un problema. Apaga el móvil y concéntrate en ti, en tu alma, en la persona que tengas a tu lado... ¡y en lo hermosa que es la vida!

Si quieres ver muchas más fotos y conocer la historia de esta preciosa zona de Mallorca y todas las propuestas de ocio que tengo pensadas para ti ven a verme.